Malas Decisiones

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Izumi

Corro hacia la entrada del hospital, la lluvia mojo todo mi traje y el frío cala todo mi cuerpo, tendré que volver a casa a cambiarme antes de ir al trabajo. Busco la mirada de Hanna, la enfermera que me ayuda a escabullirme a la habitación de mi madre, cuando la diviso noto que me hace señas para que salga inmediatamente del hospital, la veo confundida hasta que tardo entendiendo lo que me quería decir, más bien advertir.

Mi padre y mi hermana se acercan a mí prácticamente corriendo, sé lo que sé viene no es nada bueno, intento retroceder para huir pero es demasiado tarde, la mano de mi padre me detiene y me sostiene.

— ¿Qué demonios haces aquí? -me grita mi padre-

— Solo quería ver cómo estaba mamá, ya me voy.

— Claro que te vas, y no finjas que ella te importa como está, porque por tu culpa ella está así.

— No digas eso, papá, sabes que... -mis palabras son interrumpidas por el ardor en mi mejilla, una cachetada sonora se estampó en mi rostro y los ojos de mi padre desprenden fuego.-

— No me llames padre, no busques a mi mujer y deja de fingir que te importa. Tú dejaste de ser parte de esta familia el día que decidiste ser una ramera y revolcarte con quién sabe cuántos hombres -escupe con odio, mis lagrimas luchan por salir de mis ojos pero las retengo lo más que puedo.-

No voy a discutir con él, sé que es un caso perdido hacerlo, miro a Naori que solo mira al piso ignorando todo lo que sucede, entonces me limito en darme la vuelta y salir por donde entre.

No voy a dejar de venir a ver a mi madre, sé que ella está así por mi culpa y sólo dejaré de verla cuando ella despierte y me diga ella misma que no me quiere ver, hasta entonces seguiré escabulléndome para visitarla.

Preguntaras ¿por qué es mi culpa? O ¿porque mi padre me trata así? Y sobre todo ¿por qué mi hermana no me defiende? Simple, he tomado una mala decisión que cambio mi vida por completo, hace seis años mi madre sufrió ACV (accidente cerebrovascular) que la dejo en estado vegetativo, ella siempre fue mi guía en este mundo lleno de amargura que me sigue en cada paso que doy.

Siempre fui una chica aplicada, amigable y sobre todo amorosa, pero... el día que vi a mi hermana con la única persona que realmente he amado me hizo tomar malas decisiones, no la culpo, claro que no. Cada uno es responsable de sus acciones ¿no?. Pues los mantengo al margen de contexto de la historia, hace seis años atrás, mi yo de diecisiete, casi cerca de los dieciocho estaba completamente enamorada de mi mejor amigo, solo tres personas sabían de dicho sentimiento; mi madre, Sakura mi mejor amiga y mi hermana. Mi madre y Sakura me decían que hable con él, que ¿podía perder?, si él "No" ya lo tenía. Pues bien testaruda le hacía caso a mi hermana que deje que las cosas fluyan y si él sentía algo por mí ya lo demostraría, cabe destacar que mi mejor amigo era muy mujeriego de lo peor y yo sufría cada vez que me contaba algunas de sus aventuras de una noche, lo que sucedía los siete días a la semana.

[Seis años atrás]

La música suena fuerte en la casa de Utakata, estamos festejando que en menos de un mes terminaremos la preparatoria, sus fiestas siempre son grandes, todos los de la preparatoria vinieron, él realmente es popular. Recibí una llamada y salgo a buscar un lugar donde poder hablar tranquila, la madre de Utakata habla apenas contesto. Después de un rato entro nuevamente a la casa y busco a los chicos.

— ¿Han visto a Utakata? -pregunto-

— Hace quince minutos lo vi subir. -comenta Konan-

— De acuerdo, iré a buscarlo.

Una Noche, Un FrutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora