Malas decisiones II

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Izumi.

A la mañana siguiente despierto con un fuerte dolor de cabeza infernal y todo mi cuerpo duele, abro lentamente mis ojos tratando de acostumbrarme a la luz del dia.

"Es la última vez que tomo"

Cuando abro mis ojos por fin noto que no estoy en mi casa ni en la de Sakura, volteo a mi lado y veo el cuerpo de un hombre desnudo.

¡Mierda, mierda y mierda!

Maldigo en mi interior. Levantó las sábanas para confirmar algo que ya sabía, pero aún así necesitaba comprobarlo con mis propios ojos.

— ¡Joder! -susurro desesperada-

Me levanto con cuidado para no despertar al tipo que tengo a lado, busco mi ropa, me coloco mi vestido, busco mi teléfono y mi cartera y salgo como alma que lleva el diablo.

Salgo del edificio y detengo un taxi.

— A donde señorita -me pregunta el taxistas

Mierda, No puedo ir a mi casa así, mis padres me mataran.

— Al parque central.

Decido ir al parque mientras me comunico con Sakura, su casa queda cerca del parque. Si esta ahí me voy caminando.

— Amiga ¿dónde estás? -me responde al segundo tono-

— ¿Sakura estás en tu casa? -preguntó ansiosa-

— Si, estoy aquí.

— De acuerdo voy para allá -le digo y cuelgo la llamada-

Le doy la dirección de la casa de mi amiga al taxista ya que prefiero ir directo a su casa, no puedo andar por la calle en plena luz del día con este aspecto. Además apenas puedo caminar del dolor que siento en mi entrepierna. Diez minutos después llegó, le pagó la tarifa y me bajo. Antes de golpear la puerta, está se abre dejando ver una Sakura muy preocupada.

— ¿¡Dónde carajos te has metido!? -dice alterada-

— Primero me dejas pasar, por favor, y luego te cuento.

— Claro. -se hace un lado y me deja pasar- Amiga, me tenías muy preocupada, volví con las bebidas y ya no estabas. ¡Te busque por todos lados!

— Lamentó eso. Realmente no sabía lo que hacía.

— Bueno, ¿cuéntame dónde te metiste? Porqué pregunte y me dijeron que te vieron salir con un hombre, pero no era el rubio guapo, porque el también te estaba buscando.

No para de hablar.

— Te contaré todo, pero primero déjame darme una ducha, apesto alcohol. El taxista muere con las arcadas que le producía -digo avergonzada mientras ella se ríe.-

— Claro ve al baño y yo te busco algo de ropa, porque la verdad si apestas -le un pequeño empujón suave, y me dirijo al baño-

El agua caliente recorre mi cuerpo mientras estoy sentada en la bañera con las rodillas en mi pecho. Pequeños fragmentos de la noche anterior llegan a mi mente "Dios mío, como pude hacer esas cosas" Me avergüenzo por mis actos, le entregue mi virginidad a un hombre que no conocía y no solo eso, sino que tuvimos sexo cuatro veces. Mi cuerpo y mi entrepierna duele. Aunque no voy a negar que me gusto, lo disfrute.

Termino de bañarme y me visto con un jeans y una camiseta que me presto mi amiga con unas converse, salgo del baño y Sakura me mira de arriba y abajo. Lo que me pone muy nerviosa.

— ¿Que te pasa? -me pregunta curiosa-

— Na-nada -respondo nerviosa-

— Pues déjame decirte que caminas raro parece que... -se queda callada en medio de la oración- ¡Oh por Dios! -me grita- ¡Tuviste sexo!

Una Noche, Un FrutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora