Una Noche, Un Fruto

Prueba de ADN

Izumi

Las luces de colores del club, la música a todo volumen, los murmullos y la gente cantando y bailando, desapareció en un momento a otro. Solo quede yo y el sujeto de ojos negros parado frente a mi. Juro que si bajan la música se podría escuchar los latidos de mi corazón desbocado.

— Buenas noches, señoritas, mi nombre es Sasuke ¿En que puedo ayudarlas?

— Habla -me susurra Konan-

— ¿Se encuentra bien? -me pregunta el-

— S-si, si estoy bien. -apenas pueda modular palabras.-

— Bien me dijeron que tenía una queja. Ustedes dirán ¿en que puedo ayudarles? -repite muy amablemente con una sonrisa que ya he visto antes, no sé si en la noche que ocurrió todo o cuando, pero me es tan familiar.-

— No, en realidad no es una queja, pero aquí mi amiga necesita hablar con usted -habla Sakura al ver que no emito sonido alguno.-

— Claro, síganme. En mi oficina podremos hablar más tranquilos. -el empieza a caminar, abriendo pequeño camino entre la multitud guiándome mientras yo soy empujada por mis amigas, realmente no sé si pueda con esto, es demasiado para mí.

Luego de seguir por un pasillo y subir una escaleras, abre una puerta y me deja el paso entrando a una pequeña oficina pero acogedora oficina.

— Bien, dígame usted ¿qué se le ofrece? -me pregunta tan despreocupado que hace que mi estómago se revuelva de los nervios.-

— Pues yo... yo quería.

Maldita sea, las palabras no me salen -pienso aun mas nerviosa.-

— Oiga ¿se siente bien?

— No sé como decirlo. -cubro con mis manos mi rostro y suspiro frustrada-

— Mire no quiero ser grosero, pero tengo un bar con muchas personas quien debo supervisarlas, no tengo tiempo para sus jueguitos. -dice algo molesto, pero por mi misma culpa y falta de conversación.-

Y cuando está apunto de abrir la puerta para sacarme todas las palabras que tenía guardadas salen como si de vomito habláramos.

— ¡Hace seis años! -lo detengo y me safo de su agarro-

— ¿Qué sucedió hace seis años?

— Hace seis años, yo fui a la inauguración del club de Los Ángeles, esa noche tomé un poco de más y no sé si recuerda pero bailamos y una cosa llevo a la otra y de un momento a otro yo lo estaba besando, luego me dijo que quería ir a un lugar más privado y yo con mi embriaguez no lo pensé mucho y lo seguí, usted me subió a su auto y nos fuimos a su departamento. Luego, luego de eso desperté en su cama desnuda y adolorida -digo esa palabra en susurro- Por lo que había ocurrido...

— Wow, wow, wow... ¿A qué viene todo esto? -me interrumpe y me mira entrecerrando sus ojos- ¿A caso viene a culparme de violación o algo por el estilo?

— ¿¡Que!? ¡No! -digo alarmada, mientras sostengo la correa de mi cartera fuertemente, los nervios y la vergüenza me inundan.-

— ¿Entonces...?

—Bueno, verá... esa noche se que la primera vez usamos protección, pero en la demás no, -mis mejillas arden y se de antemano que parezco un tomate- pues... yo quede embarazada y...

— Y ahí viene la trampa... ¿usted busca dinero?

— ¿¡Qué!? ¡No! -toda la vergüenza que sentía se esfumó como por arte de magia, que este tipo crea que quiero sacarle dinero me enerva la sangre.-