Tú tienes eso que me vuelve loco

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Izumi

Llegando a mi lugar de trabajo, mi teléfono suena en mi bolsillo, un número desconocido aparece en mi pantalla, dudo en atender pero podría ser algo importante por lo que dejo de pensar y presiono el botón verde.

— ¿Hola?

¿Izumi?

— Sí, ¿Quién habla?

Amm... soy Izuna... el doctor Nakahara.

— Ah, doctor. Hola

Hola ¿Cómo estás?

— Bien, dígame ¿pasa algo con mi madre?

Oh no te preocupes ella está bien. Solo... solo quería saber si te gustaría ir a cenar conmigo esta noche. Lo siento realmente estoy nervioso. Nunca me pasó por esto.

Y no hace falta que lo diga para que lo note.

— No te preocupes, pero hoy no creo poder, mi amiga no está para quedarse con mi pequeña y yo...

No es problema la llevamos -dice entusiasmado, mientras lo pienso no creo que sea buena idea salir un día de semana, mañana Mayumi tiene clases y no quiero que se duerma tarde.-

— ¿Qué te parece si vienes a cenar a casa y así no tengo problemas para dormir temprano a May.-

Me parece perfecto. ¿Quieres que pase por tu trabajo a la salida.

— Claro así aprovechamos para hacer las compras para la cena. -suspira aliviado-

Genial, nos vemos entonces. Envíame la dirección y el horario que quieres que vaya por ti.

— Bien. Nos vemos.

Cuelgo la llamada y me dirijo directo a mi lugar de trabajo ya que hoy vine con el uniforme puesto debido a que salí sobre la hora. Al entrar veo a señor Itachi regañando a las del otro turno, saludo con cordialmente y me dirijo a mi puesto ignorarando todo lo que le dice Itachi, lo observo por unos segundos y noto que desde llegue no ha posado su vista en mí ni por un segundo

Ignoró completamente mi presencia.

Pendejo

Es lo que pienso de él y me molesto conmigo misma por el simple echo de que me ignora.

Como si fuese importante para mí, que él me preste atención.

Unos minutos después llegan Shion y Karin el muy desgraciado las saluda muy cordialmente, incondicionalmente largo un bufido, lo que provoca una sonrisa en él y ahí cuando entiendo que lo hizo adrede.

Avergonzada porque descubriera mi molestia me levanto disimuladamente y me dirijo al baño del personal, humedezco un poco mi cara y me miro a través del espejo.

— ¿Qué es lo que tanto me molesta? -me digo enojada- Ni que fuese la primera persona que te ignora olímpicamente después de que te haya besado estando como dios lo trajo al mundo. -secó mi rostro para volver a trabajar, cuando lo veo apoyado en la pared de frente de la entrada del baño del personal, con los brazos cruzados sobre su pecho-

Mi corazón se agita cuando noto que me observa minuciosamente desde mis pies hasta clavar sus ojos por fin libres de esas malditas gafas oscuras en los míos.

— Se ve molesta señorita Uzuki. -dice acerándose a mi-

— Claro que no ¿porque habría de estarlo? -digo con falsa soberbia-

— No lo sé, dígamelo usted.

— No tengo nada que decir, señor. Con su permiso tengo que regresar a mi... -me quedó callada cuando pega su pecho al mío acorralándome contra la pared provocando unos nervios que jamás en mi vida he sentido.-

Una Noche, Un FrutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora