Capítulo 13

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*nota abajo dice el REPARTO si les interesa :)

Narra Alicia

Llegué a casa, nadie, y entonces al ser la casa grande la soledad es más grande. Mi mamá es cirujana, eso deja mucho dinero y por eso tenemos una casa muy grande.

Bueno, pero que puedo hacer. Mejor voy a mi habitación, tomo una ducha y me pongo ropa cómoda, hago las asignaciones y después hago tareas de la casa. Sí, eso haré. Me distraeré del pensamiento que recordé en el auto de Marcos.

Entro a mi habitación, y tengo la sensación de, ¿que alguien me mira? Eso no es posible. Dejo mis pensamientos estúpidos a un lado y entro al baño. Me quito la ropa y me meto a la bañera.

Después de treinta minutos de estar en la ducha y pensar en todo lo que se me ocurra, salgo a mi cuarto.

-Hey.

Pegó un grito, espera, ¿QUÉ? Yo estoy sola. Ahora estoy escuchando voces, muy bien Alicia, muy inteligente. Pero esa voz se me hizo familiar, aunque no pude reconocerla bien.

-Lindo cuerpo Hernández.

Espera, es esa la voz de... ¡¿Tanner?!

-¿Qué?- estoy confundida. Las luces del cuarto no estaban prendidas, y las ventanas las cubrían las cortinas. Entraba luz suficiente solo para ver lo necesario y esencial.

-Voltéate.

Me volteó y puedo ver una sonrisa pícara de TANNER. ¿QUÉ CARA? ÉL ESTÁ EN MI HABITACIÓN, MI CUERPO LO CUBRE SOLO UNA TOALLA, LA CASA ESTÁ SOLA, Y ÉL ESTÁ... ¿Sin camisa? No estoy cien por ciento segura si él está sin camisa, pero estoy segura que si me llega a tocar lo mato, lo pico en cantitos, los pongo en una bolsa, se lo mando a los chinos, y que se lo den a sus perros. Enfoco mi vista y lo confirmo, está sin camisa. Hay que admitirlo, aunque me caiga pésimo y no quiera nada con él aunque me dieran todo el dinero del mundo, tiene un muy buen cuerpo.

-IMBÉCIL SAL DE MI HABITACIÓN SI NO QUIERES QUE TE MATE, ¡PRENDE LA LUZ! - le grité pero no se movió un centímetro. Lo único que hizo fue prender la luz. Como no se movía, cojí ropa de mi clóset, mi ropa interior, que rápidamente escondí adentro del resto de mi otra ropa. Tanner estaba recostado de la pared donde estaba la puerta del baño. Cuando me dirigía al baño para ponerme ropa, desgraciadamente se me cayó mi brasier. Dios, ¿por qué a mí? Tuve que doblarme, cubriendo todo lo posible con mi toalla.

Ya, todo está bien. Ahora voy al baño, pero cuando estoy a punto de entrar, Tanner se pone al frente de la puerta. Su cara está a centímetros de la mía, pero yo, no siento nada, solamente lo miro a los ojos, pero me pierdo en ellos. Son azules, hermosos.

-¿Disfrutando de mi belleza Hernández?

-No, es que estoy tratando de desifrar de que zoológico vienes.

-De uno donde hay animales salvajes.

-Ay por favor Tanner.- dije y rodeé los ojos- Ya, salté, que me voy a cambiar.

-¿Y por qué no lo haces en la habitación?

-Lo haría, pero tú de muy imbécil no te quieres salir de esta.

-¿Qué me dijiste?

-Ay ya para Tanner. Lárgate.

-No.

Me cogió por la cintura y me más acercó a él.

-¡No me toques estúpido!- le dije y le di una cachetada. -¡Vete de mi habitación!- le dije y lo empecé a empujar hacia la puerta.

Su sueño hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora