Parte 1

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—Es demasiado tarde—, respondió Gellert sin rodeos—, haz destruido nuestro pacto de sangre y todo lo que queda en él.

—Yo...

Albus no puede terminar la oración al ver a Gellert dar un paso adelante con la varita en alto.

—Podemos nadar en el mar de la nostalgia toda la noche—, dijo con dureza—, O puedes ser valiente por una vez en tu vida y hacer lo que viniste a hacer aquí Albus.

—Por favor Gellert...

—¡No más juegos Dumbledore!

Grindelwald camina hacia él con actitud severa y enérgica. Se acerca más a Albus sin dejar de apuntar con la varita de saúco.

—No puedo

—¡No más juegos al gato y al ratón Albus! Muéstrame todo tu poder y yo te mostraré hasta donde puedo llegar.

Gellert pone la varita en el cuello de Albus. Su cara queda a pocos centímetros del rostro de su contrincante.

—Por favor Gellert que no llegue a esto—. Dumbledore suplica mientras pone una mano sobre el corazón a Grindelwald.

—No me das opción—. Dijo con firmeza

Abrumado por la cercanía de Grindelwald, Albus retrocede pero Gellert se acerca más.

—¡Estoy harto de esperar por ti!, finalicemos todo entre nosotros ahora y para siempre...

Con eso, Grindelwald lanza un hechizo sin palabras y un resplandor de llamas azules se dispara en dirección al mago quien las ahuyenta con un movimiento de su varita.

Pero Gellert no retrocedió, uno tras otro, le lanza hechizos con mayor ferocidad, todos en dirección al otro mago.

—¡Deja de defenderte y contraataca! .—Grindelwald le gruñó.

—¡Gellert por favor!—. Grita sobrenatural—. ¡Al intentar destruirme, te estás atacando a ti mismo!

—¡Estoy desempeñando mi papel en este juego largo e implacable!—, replicó Gellert—, para luchar contra ti en la lucha a la que ambos sabíamos que estábamos destinados a realizarlo, ¡a la que te prometo fielmente a no perder!

—Puedes intentarlo—, le dijo Albus respirando pesadamente—, Somos iguales, ¿Lo recuerdas?

—¡Mira lo que mi propio poder puede hacer!

Gellert levanta la varita de saúco en el aire mientras las nubes se vuelven grises sobre sus cabezas. El rubio hace un encantamiento convocador de truenos, y éste va volando hacia Dumbledore.

Albus se lanza a un lado y se aparta justo a tiempo.

Cuando levanta la cabeza, unos truenos se abalanzan sobre Dumbledore, que desaparece justo a tiempo.

Los truenos siguen cayendo.

Albus desaparece y aparece por el campo tratando de apartarse del camino de los truenos. Eso hace que las piedras, los árboles y todo lo que está alrededor; se desintegre aún más de prisa. De pronto, la fuerza se acelera, se convierte en un millar de truenos que ocupa todo el espacio y atraviesa el cielo rumbo a Dumbledore.

Durante una milésima de segundo, Albus parece a punto de morir, tumbado sobre la tierra, intimidado por esa fuerza sobrenatural. Su campo de fuerza mágica que le rodea, se empieza a desmoronar.

Grindelwald sigue lanzando hechizos a Dumbledore, con una tenacidad brutal.

—¡Contraataca cobarde!

Contracorriente (Grindeldore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora