Capítulo 17

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—¡Anda, hay que subirnos!

—No, Jim... Me voy a desmayar.

—¡Solo una vez, Mingyu! —apuntó la fila del juego mecánico—. Mira, ¡ni siquiera hay gente!

—¿Por qué será? —escrutó con recelo la inmensa torre—. ¿Cuántos metros son?

—Cincuenta —pronunció, entusiasmado—. No son muchos, por favor.

Mingyu tragó con aspereza, o al menos hizo el intento porque en realidad, tenía la boca seca.

—No, tú estás acostumbrado a las alturas, pero yo no —refutó, decidido—. Lo siento.

Jimin gruñó, cruzando los brazos y sus hombros cayeron.

Ahora más que nunca, extrañaba a su mejor amigo.

Jin tampoco le temía a ninguna atracción del circo, él era de los que también disfrutaba de la adrenalina y la sensación de caída libre que producía la altísima torre, les hacía gritar de emoción.

Pero su compañero de aventuras estaba castigado y pensó que el mimo sería el cómplice ideal para pasar su primer viernes libre.

No le apeteció volver a la carpa de Jungkook después del incidente con la pulsera, lo correcto era alejarse de ese ambiente al que nunca fue afine y prefirió mil veces andar vagando por la feria, gastando su dinero en cualquier estupidez.

Por desgracia, sus planes se modificaron, Mingyu le tenía miedo a absolutamente todo.

"No, ni loco entro a la mansión de lo sustos."

"Odio la rueda de la fortuna, me mareo."

"¿Por qué te subirías a la montaña rusa? ¡La velocidad a la que va es peligrosa!"

Jimin ya se había cansado de los juegos de azar y eso de meter ocho canicas en varios agujeros para ganar un premio, era divertido cuando era un niño, en la actualidad ya no.

—¿De verdad no te subes a ningún juego? —se le dificultaba entender su desconfianza—. ¿Nunca?

—Solo al carrusel —apenado, arrojó una risa nerviosa—. Es el único que me gusta.

—¿Qué hay de los autos chocadores?

—Uhm, esos no me gustan porque me lastimé el cuello en una ocasión —se frotó la oreja, con pena—. Lo lamento, sé que mi compañía no es la mejor en este lugar...

—Y que lo digas, ¡nada te agrada! —expresó abiertamente su disgusto—. No lo tomes a mal, pero me sorprende que no te aburras viviendo aquí.

Desde su punto de vista, no tenía lógica.

Los colaboradores y trabajadores de Legacy usaban al menos un día a la semana para pasear y subirse a los juegos del área, adoraban tener acceso las veces que quisieran con solo pagar una vez.

Todos lo aprovechaban bastante, pero Mingyu no utilizaba esa ventaja, juraba que ni la conocía, un total desperdicio de sus beneficios.

¿El carrusel? ¡Por Dios! Una vuelta y aburrimiento total.

Jimin necesitaba que la sanción de Jin finalizara pronto.

—¿Entonces? —cuestionó, desganado—. ¿Qué quieres hacer?

—Ehm... —el mimo inspeccionó el panorama—. ¿La casa de los espejos?

Madre santa.

—¿Es la única opción?

it's all an act 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora