Capítulo 25

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Hyeji se encontraba esparciendo el humo de una varita de incienso.

La sujetaba por el extremo, agitando la mano en diferentes direcciones para impregnar la carpa con el peculiar aroma y purificar así, el ambiente del sitio.

Jungkook y Jimin apenas podían respirar, ninguno se atrevía a moverse, lucían como dos maniquís en aparador, petrificados por el nerviosismo con el que cargaban.

Uno se estaba mordiendo los labios con impaciencia, mientras el otro sentía el sudor brotando de sus manos. Ambos custodiando con la mirada a la vidente, quién ya estaba colocándose los últimos collares de protección.

—Jimin, puedes sentarte aquí —sujetó el respaldar de la silla que le correspondía a los clientes—. Y Kook, ¿me trajiste el tazón dónde están los cuarzos?

Su hijo, sin agregar nada, colocó el recipiente de porcelana sobre el mantel color guinda que cubría la mesa.

El trapecista estaba muriéndose de miedo, la insólita atmósfera que abrazó el momento, le envió un fuerte escalofrío que recorrió su espina dorsal.

Tomó asiento en el lugar indicado, analizando lo que había en el mueble dónde se hacían las lecturas y tragó audible cuando vio el mazo de cartas a un costado de la bola de cristal.

Los ramilletes de flores secas, un par de veladoras encendidas y otro incienso quemándose sobre su soporte de madera...

Clavó los dígitos izquierdos en el borde de la silla.

—Es la primera vez que se te realiza una sesión, ¿verdad? —Hyeji le cuestionó, al atarse la pañoleta en la cabeza—. ¿Nunca te han leído el futuro?

Sacudió la cabeza en negación.

—Soy nuevo en esto, y me gustaría decirle que yo no creo mucho en este tipo prácticas —pensó que sería bueno aclararlo—. ¿Cree que afecte en lo que puedan arrojar las cartas?

La mujer se reservó, apoderándose del otro asiento disponible alrededor de la mesa y Jungkook se acercó a la zona, parándose medio metro atrás de Jimin.

Tenía una extraña corazonada que no le permitía estar tranquilo.

—Te voy a explicar algo, cariño —la señora Jeon entrelazó los dedos por arriba del aterciopelado mantel—. El campo de la videncia actúa como un puente que nos conecta con entidades divinas, que existen en dimensiones distintas a la nuestra y a menudo portan mensajes sagrados que los astros han preservado para nosotros.

—Eso lo sé, lo leí en algunos libros y en los blogs de internet —musitó, al parpadear despacio—. Pero la verdad es que no entiendo como funciona.

Ella le sonrió con calidez.

—Como dije, las deidades celestiales habitan en planos diferentes al de los humanos, y por ello, se emplean ciertos objetos para lograr la comunicación mística —apuntó hacia las tarjetas apiladas—. En este caso, nos haremos valer de la cartomancia, que es simplemente la técnica de predecir el futuro a través de una baraja, ya que así podremos canalizar y transmitir con mayor certeza todas esas fuerzas espirituales que provienen del cosmos.

La explicación lo dejó con la boca abierta.

—¿De verdad es confiable?

—Lo es, esta técnica se utiliza desde la antigüedad —su profesionalismo era digno de aplaudir—. Y yo sé que no eres afine a esta clase de consultas, pero si quieres que la podamos llevar a cabo con éxito, te voy a pedir que mantengas tu mente abierta y la despejes, porque de lo contrario, será difícil.

it's all an act 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora