Los videojuegos siempre funcionaban como buen distractor para Jungkook.
Invitó a Taehyung a pasar un rato frente al televisor, su consola estaba encendida y el juego de Mario Kart resaltaba en la pantalla mientras hacían la elección de sus personajes.
—Esta vez me quedo con Toad —el ojimiel comentó, al seleccionar el ícono correspondiente—. ¿Tú?
Dio un último recorrido en el listado de opciones.
—Voy con Yoshi —sonrió de medio lado, al presionar el botón—. Vamos a ver que puede hacer este dinosaurio.
—Perfecto —dio un pequeño brinco en la cama—. Es el desempate.
—Da lo mejor de ti, Kim.
La interfaz del videojuego cambió, la pequeña introducción a la carrera fue omitida y ambos jugadores tomaron cómodas posiciones, listos para comenzar a correr en sus magníficos autos.
Jungkook se mordió la lengua, concentrándose totalmente en la partida y cuando el sonido de arranque se transmitió por la bocina, apretó el acelerador en su control, arrasando con cualquiera que se le pusiera en el camino.
Taehyung hizo lo mismo y rápidamente se posicionó en el segundo lugar, siendo perseguido muy de cerca por los demás caracteres de relleno.
La pista era difícil ya que tenía muchas curvas, ninguno dominaba al cien por ciento los giros y con problemas lograban salir ilesos, esquivando las bananas que los hacían patinar o las bombas que les arrojaban en busca de hacerlos explotar.
El instinto de competencia despertó en el vidente, porque estaba batallando con su técnica que no daba resultados, no conseguía alcanzar a Taehyung y ya se había quedado atrás, ocupando el sexto puesto de la contienda virtual.
Gruñó, tratando de pasar cuando menos al cuarto puesto, pero fue atacado por un estúpido caparazón que lo mandó al séptimo lugar, causando que sus dientes chirriaran con molestia.
Miró de reojo a su mejor amigo, el chico se veía tan jovial, disfrutando de la carrera, moviendo los dedos con habilidad sobre los botones, recogiendo las cajas de ayuda que podía y siendo bendecido con el primer puesto...
Súbitamente, él tuvo la urgencia de ir al baño.
Casual, no tuvo más remedio que detener el juego, poniendo pausa desde su control.
—¡Hey! —Taehyung rezongó, volteándolo a ver—. ¿Qué haces?
—Perdón, es que tengo que orinar —tomó el camino de la mentira—. Ya no aguanto.
Le llamaba estrategia.
Se incorporó, arrojando el mando sobre el edredón y liberó aire en una bocanada al salir de su habitación.
Tendría que encontrar la forma de reiniciar la partida, cualquier método lo consideraba válido, no perdería frente al funámbulo porque escucharlo alardear las siguientes dos horas acerca de su rotunda victoria, sería humillante.
Aprovechó y se metió al baño, pensando seriamente en cómo aplicaría su plan de sabotaje.
En tanto eso sucedía, Taehyung se vio obligado en aceptar el descanso, recostándose en la cama a la espera de que el otro regresara. Movió sus pies de lado a lado, mirando sus calcetines y luego rodó, destensando el cuerpo.
Entonces, el ruido que el celular de Jungkook emitió, hizo que enfocara el buró.
Notó que se trataba de una llamada entrante, un número no registrado en los contactos del propietario y eso le provocó un ceño fruncido, pensando en quien podía ser.
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it's all an act 𐙚 kookmin.
RomanceJimin amaba con cada latido ser un trapecista en el circo "Legacy", desde que tuvo uso de razón, siempre soñó con ser parte del espectáculo. Y su vida sería completamente perfecta, si no tuviera que lidiar continuamente con Jungkook, un malhumorado...