—¿Cómo durmieron? —preguntó Delsin. Se sentó a mi lado, dejando su bandeja en la mesa.
— Bien —conteste—La cosa es que igual no dormimos nada.
— Se la pasaron hablando toda la puta noche — gruñó Austin jugando con su pajilla.
— No nos pasamos toda la noche... — empezó a decir Izan, a la vez que fue fulminado por una mirada molesta de Austin —... sólo un poquito.
— ¿Un poquito? —repitió junto una pequeña sonrisita — ¡Estás ojeras dicen otra cosa!
— Si que eres molesto cuando no duermes... —comenté.
— Parece mujer con el periodo — rió Delsin.
— ¡Nosotras no somos tan molestas! — se defendió Eleine, inflando las mejillas — Somos bipolares, eso ya es otra cosa.
— Cómo tú digas — dijo Delsin.
— ¡No tarden tanto en comer, tenemos que hacer algo productivo este día! — dijo Izan — Desde que llegamos no hemos hecho nada productivo...
— Nunca hacemos algo productivo... — comenté.
— ¡Shhh!
Rieron.
— Bueno... Quede de ir a juntarme con Juliana, ¿quieren ir? — ofreció Eleine.
Gire mi rostro hacia ella: — Claro.
Puede que se me notaba que estaba interesado en Juliana, pero... ¿cómo no estarlo? ¡Díganme! Es hermosa... y... bueno, hermosa es lo único que tengo que decir por ella, de a poco la conoceré.
Salimos de la cafetería y nos dirigimos al sector donde - supuestamente - nos encontraríamos con Juliana.
— ¿Dónde está? — preguntó Eleine frunciendo el ceño. — Debería estar aquí...
— ¡Holaaa! — saludo una voz desconocida.
Nos giramos al instante, extrañados. Era un chico. Nunca lo había visto en el campamento, creo que debe ser nuevo...
— ¿Hola? — dijo Izan.
— ¿No han visto a un chico medio castaño, tímido y con un color muy peculiar de ojos? — preguntó sonriendo de lado.
¿Color peculiar? Eso mismo lo dice el chico de cabello blanco.
— Eh... No — respondió Eleine.
— ¿Seguros?
— Claro que- — y entonces, escuchamos un grito.
— Creo que ya sé donde está — dijo el chico.
Corrimos hacia el grito de horror y ahí mismo se encontraba un chico encima de una mesa.
— ¿Qué sucede? — preguntó el peli-blanco.
— ¡A-a-ardillas! — exclamó el chico apuntando a las inofensivas criaturas.
— ¿Y las quieres dejar sordas o qué? — le dijo el chico.
— ¿Qué le sucede? —preguntó Austin.
— Le tiene fobia a las ardillas.
— ¡¿Cómo que le tiene fobia a las ardillas?! ¡Sólo míralas, son adorables! — decía Austin apuntando a las ardillas.
— Desde niño les tiene fobia. No tuvo una bonita experiencia conociéndolas y no lo culpo por tenerles miedo... — contesto, pasando su mano por el cabello.
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C.W: La venganza
Teen FictionSegunda temporada de Campamento Weel's A punto de cumplir los diecinueve años de edad, Jesse Parker decide volver al campamento que marco su nueva vida. Esperando revivir esos momentos tan especiales y preciadas para él, pero ¿cómo se tomara la idea...