02: Directa

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Aquí arriba debería haber una imagen de Izan, pero no. No encuentro una decente.

🔥
 

- ¿Te cortaste el pelo? - Me pregunto Izan.

- Sí, bueno... También quería un cambio que digamos - Conteste.

- Me gusta - Sonrió -, te queda mejor.

- Gracias ¿Y cuál es nuestra cabaña está vez? - Metió su mano derecha en un bolsillo, de ahí saco un papel con un número escrito.

- La 067 - Respondió -, está cerca. Vamos.

Después de unas CUANTAS vueltas por fin encontramos la maldita cabaña (No me culpen, Izan se olvido y confundió varias veces el camino). Cuando abrimos la puerta principal note un cambio.

- ¿Ahora serán cuatro personas en una cabaña? - Le pregunte a Izan, confundido.

- Creo que es uno de los nuevos cambios - Se encogió de hombros -, pero eso significa que será más divertido, ¿no? Al menos que nuestros nuevos compañeros sean sociables.

- Eso espero - Deje mis maletas sobre una de las camas - ¿Y si damos una vuelta, a ver que pasa?

- Claro - Acepto. Dejo su mochila en una de las camas frente la mía.

- ¡Mira que chicas tan lindas! ¡Oh, esos ojazos! ¡Y ese cabello! - Decía sin miedo apuntando las chicas que pasaban cerca de nosotros.

- ¡JESSE! ¡Relajate! - Me pedía Izan entre risas y bufidos - ¡Somos mayores de edad, pedófilo!

Colocando un dedo sobre mis labios, conteste. - ¡SSSHHH! Ellas no lo saben.

- Ay, Dios mío - Golpeo su frente con la palma de la mano -. Está bien, puedes decirlo, pero recuerda que eres mayor de edad.

- ¡No soy mayor de edad, tú sí! - Le apunté.

- Como digas.

Fruncí mis labios.

- ¿Qué?

- ¿Desde cuándo eres tan molesto? Si fueras como antes estaríamos corriendo desnudos en este instante.

- Eso es cierto, pero... Deberíamos empezar a ser más maduros, digo, hablar del futuro y nuestros próximos espermatozoides que se unirán con un óvulo para después crecer el la panza de nuestras novias.

Rodee los ojos, comentando:- Aburrido.

- Tú eres el aburrido.

Ladee la cabeza, y ahí note un punto medio anaranjado entre varias maletas de diversos tamaños. Al notar que era una chica de cabello corto a punto de tropezar por sus maletas.

- ¡Hey, cuidado! - Pero mi grito llego tarde. La chica cayo y yo fuí a ayudarla con Izan siguiéndome - ¿Estás bien?

- Mierda - Gruño -. Creo que sí.

Quite las maletas que tenía encima de ella y la ayude a levantarse.

- ¿Estás segura?

- Sí, sí... - Cuando la chica cruzo la mirada con la mía se quedo quieta - Wow, no sabía que habrían chicos guapos en este sucio campamento.

- Eh... ¿Gracias? - Intente sonreír.

- Mi nombre es Eleine - Extendió su mano, la estreche.

- Soy Jesse - Conteste -, ah, y él es mi mejor amigo - Le apunte a Izan. Eleine volteo hacía él y le sonrió.

- Hola - Saludo -, soy Izan.

- Lindo nombre.

- Gracias.

- Bueno, acabo de llegar ¿Ustedes saben donde está la cabaña 147?

- Sí, no está tan lejos de aquí - Le respondió Izan -. Déjanos ayudarte.

- No tienen porqué hacerlo, yo sé que puedo. - Ella empezó a tomar sus cosas, pero nosotros nos adelantamos.

- Solo queremos ayudar un poco - Sonreí.

- Hm. Está bien.

- ¿Eres nueva? - Le pregunte.

- Sí, mi padre me envió aquí. Dijo que debería ser más sociable - Podía notar el desagrado y odio en su voz -, hace poco me estaba quejando de que sería muy aburrido, pero si hubiera sabido que habrían chicos guapos no me molestaría en nada en venir de vez en cuando - Me guiño.

Esto... se siente extraño que una chica coquetee conmigo... digo, es algo extraño para mi... Pero ¿Qué tiene de malo?

- ¿No les importa que me una a su grupito? - Nos pregunto ya dejando sus cosas dentro de la cabaña.

- Claro que no, de hecho, estaríamos felices que lo hagas - Contesto Izan -, bueno, creo que debemos salir antes que nos vean entrar en una cabaña de chicas.

Ambos nos despedimos de Eleine y salimos de la cabaña.

- Solo llevamos una hora y pico en el campamento y ya te estaban coqueteando, eh, campeón - Me golpeo en el hombro.

- Lo sé - Me reí -, pero eso significa que estoy más guapo de lo normal.

- Uhhh, Jesse estás que ardes.

- Eso sonó bien gay - Le dije.

- Obvio - Agito su mano frente mi rostro.

- ¡No hagas eso! - Lo aleje de mi - ¿Y qué tenemos para ahora?

- Hmmm... - Coloco su mano en su mentón, pensativo - ¿Y si vamos a ver nuestro querido señor rueda?

Y entonces una gran sonrisa se formo en mis labios.

C.W: La venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora