La estupida y hermosa Enid. (Enid x Tu)

No yet

El viento no sopla a favor de nadie, solo reposa en el rostro del que está mejor asentado en la colina.

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(Flashback) "N-No. No." Negué con la cabeza varias veces.

Estaba obligado a creerlo. Enid. Se había ido.

Mi mente se distrajo en aquel agujero de habitación. Mi ventana mostraba las calles de Jericho, inundadas por la lluvia de aquella tarde que parecía asomar una tormenta en sus nubes grises.

Era mi parecer, pero, la lluvia demandaba con furiosidad la atención de erradicar, el cielo claro de aquella ciudad abandonada por la esperanza.

"Debiste alejarte de ella", las palabras de Wednesday me sobresaltaban más que la tormenta eléctrica que se aproximaba en los tenues matices grises de la ciudad más cercana a Nevermore.

No era ella. Mi mente parecía reclamar. Buscar una explicación a mi propia incredulidad, solo me hacía recorrer la habitación, una y otra vez. Seguramente alguien lo notó, ya que escuché algunas quejas al otro lado de mi puerta. Pero mantuve mi decisión de esa noche de no dormir.

¿A dónde iría Sinclair? ¿Por qué desaparecería? ¿Qué había sucedido con su cálida sonrisa?

Los últimos recuerdos de ella eran una vacía mirada al aire y sus ojos con la oscuridad de las ojeras que opacaban su hermoso color verde.

Sus ágiles brincos que hacía en su caminata habían cambiado a unos pasos frágiles, llenos de indecisión.

Solo pude soportar verla en ese estado por unos cortos 5 días. Que parecían una eternidad, ya que sus constantes desapariciones me dejaban la duda de su cambio real.

Wednesday clavaba mi mirada en mí cada vez que notaba las ausencias de su compañera de habitación. Hasta me culpaba del cambio abismal. No podía negarlo. Incluso si quisiera.

La responsabilidad pesaba más en mi conciencia. Apenas podía reconocer la culpa por el poco tiempo que ambos habían congeniado.

¿Qué sucedió con Enid este último mes?

Un último relámpago acabó con la luz de todo el lugar.

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El ambiente se cargó de tensión cuando la solicitud de unirse a las Black Cat fue planteada. La respuesta, sin embargo, fue la esperada.

"No. Tú no lo harás", fue contundente, pronunciada con un tono que dejaba poco margen para la negociación.

A pesar del intento de suavizar la situación al mencionar las posibles diferencias, la respuesta fue igual de firme.

"No hay discusión", sostuvo con un tono monótono, como si estuviera recitando una línea memorizada.

Los ojos se encontraron en un cruce de miradas que reflejaba tanto la incomodidad como la determinación. A pesar de ello, el deseo de alejarse de esa confrontación era palpable en el ambiente. Nadie quería seguir participando en ese peligroso juego de palabras. A veces, las tensiones parecían vibrar en el aire como un enjambre de aves nerviosas, listas para dispersarse en cualquier dirección sin un destino aparente.

"Dile a tu capitana, mucha suerte". Su caminar parecía escucharse a lo lejos. Incluso cuando estaba lo suficientemente lejos como para que Wednesday dejara de estar en modo alerta.

Su cabeza le dio un ligero zumbido. El sentido de peligro parecía anunciar algo por todas partes. Una y otra vez.

Ella regresó la mirada para observar lo lejos que estaba ahora. Más se encontró con el escenario cubierto de la niebla de Nevermore.