Amor a lo Addams.

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Una larga noche de neblina había vuelto a cubrir la academia, el frio no tenia una clara explicación, mas que un simple capricho del destino.

La licántropo, se apartaba el cabello de su cara, podía presenciar la oscuridad invadiendo todo el cuarto.
Con cierta desesperación su mirada fue puesta en la cama de su gótica compañera.

-Wedns!- dio un salto de su cama al ver un cuerpo bajo la sabanas.

Pero al descubrirlo, la decepción se presencio en su rostro.

-Dedos...

El confidente y modelo de manicura estaba con un gran cojín lo que producía la extraña silueta.

-No, es que estoy decepcionada de verte solo que...

Se poso sobre el velador y empezó con las mímicas.

-Si, lo arruine. No le pude decir a Wednesday la verdad. Soy una idiota, una mala amiga -recalco las ultimas palabras.

La mano interrumpió su condena.

-Tu crees que me perdone? -los dulces ojos de Enid se llenaron de esperanza.

Titubeo un poco ante sus palabras.

-Tengo que decidir, no? -se recostó sobre la dura cama. -Me van a odiar de por vida...

La frustración reino en aquella conversación, alguien puede descifrar como medir cuanto amas a alguien? Realmente es tan sencillo como lo seria ante la eventual pregunta?

El clima de aquellos días no era el mejor en todo el año, la neblina y el frio no paraba de reinar en el lugar. Se había tomado medidas drásticas para evitar los problemas de clima. Como buscar los salones mas privados en lugares recónditos para evitar los charcos de agua que se colaban en los zapatos del alumnado.

Sinclair corría entre la gran neblina, su sombra a lo lejos asemejaba de una damisela en apuros. Algunos no podían ver mas allá de sus propias narices por la gran humedad.
Una de ellas fue Enid que choco con fuerza con un estudiante.

-Dios, lo siento mucho, solo que estoy apurada. -trato de ayudar a recoger sus cosas.

-Sinclair, debí suponer que eras tu.-soltó la voz sombría.

La rubia se quito un mechón rebelde que le impedía ver con claridad. Aradia. Reconocía ese rostro.

-Yo solo...

Un fuerte zumbido invadió su oído y poco a poco su visión, el mareo era inminente y su sola presencia descontrolaba a la loba. Sus garras salieron a la vista, perforando una de sus hojas que Enid había logrado recoger.

-Oye! Eso era importante. -se lo arrebato de las garras sin ningún cuidado.

La bruja parecía no titubear ante la gran habilidad.

-Lo siento mucho, no se que diablos me pasa. -aparto la mirada y continuo con su caminata rápida.

Ante la lejanía de la chica emociones. Un débil mensaje salía de los labios de la tenebrosa Halloway.

-Es mi turno de divertirme.

En el salón de literatura, estaban sumidos en buscar un sentido a cada párrafo de lectura.
El profesor trababa de mantener esa dulce atmosfera que solo un libro puede provocar.

-Lamento la tardanza. -la loba busco asientos disponibles en todo ese oscuro lugar

Los salones improvisados de Nevermore no eran los mejores, las opciones se limitaban a antiguas bibliotecas llenas de polvo, o oscuras habitaciones para la antigua servidumbre.

La estupida y hermosa Enid. (Enid x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora