Utopía [ Amolad ] [ A Matter Of Life And Death ]

Capítulo 36 - Volver a empezar (Parte 1)

-Lo has estropeado todo. Ahora sí que tendré que volver a empezar.

Como una máscara. El rostro de Vida había quedado desprovisto de toda expresión, con sus lágrimas congeladas en sus ojos, ahora completamente negros, sin ninguna pupila en absoluto. 

-¡EVOLUCIÓN NO! ¡DETENTE! -Muerte trató de apartarla de él, pero una barrera oscura se interpuso y no pudo ni tocarla.

Tras esto el dios creador se puso en pie de forma extraña, como un muñeco dentro de una máquina de feria que es levantado por los hombros con una garra. Dejándole inmóvil e ingrávido a varios centímetros del suelo.

-¡VIDA! ¡Por favor! -clamó entonces Muerte, sumamente alterado, tomando uno de los brazos de éste en un burdo intento por zarandearlo o apartarlo de la diosa. -¡No te dejes manipular otra vez! ¡REACCIONA! 

-Él ya no puede escucharte así que cállate. Eres molesto. -Respondió el aludido con una voz que no le pertenecía.

La sangre de Muerte se heló en el acto. Algo que debió de verse reflejado en su expresión de pánico pues Evolución, a través de los labios de Vida, se permitió una carcajada.

-No me mires así. Él está bien. Sólo está ¿Dormido? Yo nunca le dañaría. Al menos no de forma permanente. 

-Creo que tenemos conceptos muy distintos sobre el significado de dañar. -Espetó Muerte en tono frío recogiendo con movimientos lentos su arma del suelo. 

La voz ajena de Vida hizo un sonido de disconformidad, que fue seguido de una risita desagradable:

-Tal vez si tu opinión le importase a alguien... Porque para cuando Vida despierte ni siquiera recordará que alguna vez exististe.

Dicho esto Evolución comenzó a cambiar. Sus inmaculadas alas se tiñeron de un color más oscuro que la noche y los pequeños cráneos dibujados en ellas pasaron a ser de un blanco brillante.

Muerte la miró sorprendido, pese a saber que significaba tal alteración, de hecho una parte de él ya lo esperaba desde hacía rato: Evolución acaba de transmutar a su forma de batalla.  

-¡Esto es entre tú y yo! ¡Deja a Vida fuera! -Exigió mientras su propio poder oscuro volvía a cubrirle bajo sus nuevos ropajes. 

-Eres una mota de polvo en mi ojo. Insignificante pero molesto. Y voy a ponerte fin.

Dicho esto Vida, con Evolución aún plantada en su frente, comenzó a elevarse hacia el despejado cielo de Ithis. 

En su ascenso su cuerpo pasó por muchas modificaciones: sus mejillas se vieron melladas por unas hendiduras verticales. Sus manos se tornaron placas toscas de metal con articulaciones de la misma aleación. Posteriormente cubiertas por unos gruesos guantes robóticos de formas cuadradas con la palabra "Alis" grabada sobre ellos. 

De hecho todo el cuerpo del dios creador quedo cubierto de piezas de ingeniería similar. Desde unas gruesas botas robotizadas a unas enormes alas que, como un dispositivo de ingeniería compacto y muy complicado, empezaron a desplegarse pieza a pieza hasta alcanzar un tamaño más que considerable. En ellas, muchas de sus supuestas plumas eran en realidad piezas de reluciente metal oscuro extremadamente afilado. 

Y como si su aspecto no fuera de por si suficiente imponente, una vez estuvo próximo a las nubes, una docena de cañones de plasma con la inscripción "Alis Aquilae" se materializó a su alrededor, flotando ingrávido en una formación circular a su espalda.

Desde abajo Muerte observó el cambio con la mandíbula caída, completamente impresionado ante un Vida que, en su forma completa de batalla, se veía como alguna clase de ángel robótico de metal reluciente. Imponente y magnífico. Una imagen hermosa pero igualmente aterradora.