NUEVAS INQUILINAS

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Denji caminaba de un lado al otro en la cocina, la pizza estaba lista, pero él no tenía apetito. El peso de lo que Kishibe le había dicho hacía que su cabeza diera vueltas. ¿Cómo se suponía que iba a cuidar de Makima y Reze, dos mujeres que casi lo matan? A veces se le olvidaba que quería una vida normal, pero parecía que el universo tenía otros planes para él.

Denji miró alrededor de la cocina, buscando algo que lo calmara, algo que le diera dirección. Fue entonces cuando sus ojos se posaron en un cuadro pequeño, uno que contenía una foto de Aki. Era una foto que había tomado tiempo atrás, cuando las cosas eran más simples, antes de que todo se volviera tan caótico. Aki estaba de pie, con su usual mirada seria pero amable, como siempre.

Denji: Hablando con la foto, como si Aki pudiera escucharlo Oye, Aki, ¿qué harías tú en mi lugar? Tengo a Makima y Reze en la base, y ahora Kishibe quiere que las cuide. ¿Qué demonios se supone que haga con ellas? Suspiro Ni siquiera sé por dónde empezar.

Se quedó mirando la foto, esperando una respuesta que sabía que no llegaría. Pero el recuerdo de Aki siempre lo hacía pensar en hacer lo correcto, incluso cuando era lo más difícil. Aki era el tipo de persona que siempre seguía las reglas, pero también sabía cuándo hacer excepciones por el bien mayor. Denji se preguntó si esa era la clave aquí.

Denji: Con un tono de voz más bajo, reflexionando No puedo simplemente ignorarlas. Si las dejo a su suerte, podrían volver a ser un problema. Pero, ¿y si hago algo mal? ¿Y si vuelven a hacer daño a Nayuta? No puedo permitirlo.

Se sentó en una de las sillas de la cocina, dejando que sus pensamientos fluyeran. Sabía que Aki siempre intentaba encontrar un equilibrio entre el deber y el bienestar de las personas que le importaban. Tal vez eso era lo que tenía que hacer Denji: encontrar el equilibrio entre proteger a Nayuta y asegurarse de que Makima y Reze no causaran más problemas.

Denji: Mirando la foto de Aki con determinación Bien, Aki, intentaré hacer lo correcto. No sé cómo, pero intentaré. No puedo dejar que todo se vaya al infierno otra vez.

Se levantó y tomó la pizza del horno, aunque no tenía ganas de comer. Era un recordatorio de que la vida seguía, incluso cuando todo parecía complicado. Decidió que lo mejor sería tomarlo un día a la vez. Con Makima y Reze en su casa, tendría que ser más cuidadoso, pero también sabía que tenía una responsabilidad para asegurarse de que no causaran más problemas.

Denji: Susurrando mientras sale de la cocina Está bien, Kishibe. Haré lo que pueda. Pero si esto se complica más de lo que puedo manejar, más te vale estar ahí para ayudarme.

MINUTOS DESPUES

Denji estaba solo en la cocina, la pizza lista pero sin mucho apetito. Miraba la mesa mientras colocaba platos y cubiertos para cuando Nayuta llegara a casa. Quería que todo pareciera normal, aunque por dentro sentía que su vida estaba a punto de complicarse aún más. No era la primera vez que personas intentaban matarlo, pero con Makima y Reze en la ecuación, todo tomaba un giro más oscuro.

Mientras preparaba la mesa, Denji recordó las veces que había estado al borde de la muerte, solo para revivir gracias a Pochita. Power, Kobeni, incluso Quanxi, todos en algún momento habían sido amenazas para su vida. Pero ahora, ya no tenía gracia. Morir y revivir se sentía como un juguete de Lego: siempre se reconstruía, pero el proceso empezaba a cansarlo.

Denji: Hablando para sí mismo mientras coloca los platos Pochita, ¿por qué siempre termino en estas situaciones? Primero Makima, ahora vuelve a aparecer, junto con Reze. Y yo aquí, intentando fingir que todo está bien para Nayuta.

Pochita: Respondiendo en su mente Denji, sabes que esto no es solo cuestión de suerte. Eres especial. Y aunque morir y revivir puede parecer un juego, hay razones por las que sigues volviendo.

Nueva Vida, Viejos Demonios CHAÍNSAW MANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora