Minerva es una Adepta Sororitas como cualquier otra, o al menos eso demuestra en el exterior al resto de sus hermanas.
Criada por y para la batalla, fue consumida por el fervor hacia el Dios-Emperador
Aunque eso no la inmiscuía de ser una pecadora...
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El día para una Sororita era ocupado, más cuando tienes a una Canonesa intentando... ocuparte por todos los medios posibles, dándote todas las tareas estúpidas que nadie quería hacer, todo como "medida disciplinaria", esto para mí no era algo nuevo, lo había visto mil y un veces durante mi tiempo en Vraks con los comisarios y los guardias bajo su mando, pero había una diferencia entre disciplinar para levantar la moral de un regimiento que ha vivido horrores indescriptibles a disciplinar por que a tu parecer, "tu actitud es repelente".
Y honestamente jamás pensé que sería yo la que tendría que ser "disciplinada"
Mientras me colocaba mi armadura escuchaba desde la sala principal las risitas de mi niño y como este se divertía con Olga, apenas habían pasado un par de días y ella parecía entender a mi hijo a un punto que yo no lograba comprender, Olga había logrado conectar con Luther de una manera tan... instantánea, teniendo una respuesta para las incógnitas de Luther cuando yo no podía, o no quería responder por miedo...
Ya sabía que era una madre de mierda... yo reconocía que Luther merecía a alguien mejor... pero Trono, como dolía verlo realmente
Cuando finalizo de colocar mi armadura, tomó el casco para llevarlo bajo mi brazo, saliendo de la habitación. En el momento que Luther vio como entre en la sala de estar, se apresuró a saltar a mis brazos... noté como Olga dio una risita ante esta interacción a la que ya la teníamos acostumbrada
-¡Buenos días mamá!- mi ser se enternece al oír su dulce voz, y no dude en cargarlo en mis brazos -Mamá ¿es verdad que podré salir casa por esta vez?- no creo haber entendido lo que me dijo... ¿mi niño me acaba de decir que quiere salir?
Olga se apresuró a levantarse del sofá, caminando hasta nosotros y teniendo una sonrisa que no me daba la mayor confianza... era esa sonrisa que tenía cuando planeaba algo -Bueno... he estado hablando estos días con este pequeño campeón del Emperador, y resulta que pasa la mayoría del día viendo por una ventana a los patios exteriores...- abrace con más fuerza a mi niño, a pesar de que estaba entendiendo un poco, me negaba a aceptarlo -Y bueno... como hoy el resto de mis hermanas hospitalarias llevarán a los huérfanos a los jardines, pensé que quizás seria una buena idea que Luther se mezclase entre ellos y disfruté aunque sea una vez-
-... Luther tiene acento Opheliano, las hermanas hospitalarias y el resto dé huérfanos se darán cuenta que mi niño no es del grupo- me había permitido mostrar mi desconcierto, incredulidad y rechazo a la idea, puede que el acento de Ophelia se me quedase desde que llegue al templo cuando apenas era una joven novicia, y que Luther hubiese aprendido su dialecto escuchándome hablar... el problema yacía en que el acento Opheliano era muy... eclesiástico, si es que había un modo de expresarlo... cuando hablaba con guardias del Astra Militarum estos me miraban confundidos, preguntándome si estaba por dar una ceremonia o si me estaba burlando de ellos
