Minerva es una Adepta Sororitas como cualquier otra, o al menos eso demuestra en el exterior al resto de sus hermanas.
Criada por y para la batalla, fue consumida por el fervor hacia el Dios-Emperador
Aunque eso no la inmiscuía de ser una pecadora...
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De todas las posibles reacciones que Olga podía tener no esperaba esto... Olga normalmente era muy amable con los huérfanos y desamparados, dispuesta a brindar una mano amiga y la luz del trono a aquellos que más perdidos estaban, Olga jamás de los jamases rechazaría a un infante, fuese quien fuese y quizás por ello era la hermana favorita a la hora de visitar los orfanatos en tiempos de caridad
-¡¿Un hijo?!- Pero a decir verdad no comprendo porque es que me sorprendo por su reacción, era esperable... no, era evidente. Me apresuré a cubrir su boca, pese que ya nadie visite estos lares, los servocraneos siguen haciendo recorridos -¡¿Tmiehes uhm huijo?!- suspire y exhale, me merecía esto y más por guardar este secreto... hice una seña para indicarle que bajase la voz para poder quitar mi mano de su boca, y dejarme explicarme -Por el trono dorado y todas las santas en vida que están a Su lado en Terra, como– que– yo– no lo entiendo– Minerva tu–...- Olga estaba diciendo demasiadas cosas a la vez y a la vez no llegaba a nada, era algo que mi hermana hacía en circunstancias especiales de presión... recuerdo que fue por esto que la calificaron no apta para el frente, y fue traída a Ophelia VII para ayudar a aquellas hermanas con problemas para ser reinsertarse en el servicio al Emperador, sanando sus heridas físicas y mentales... ¿porque siento un dejavú? -Minerva esto— no–... no es un juego... si hiciste algo más grave y tienes que mentirme puedes decirme, podemos arreglarlo– -Tome a Olga de hombros, ella es una hermana muy serena, de hecho es ella la que me tuvo que calmas hacia hace apenas unos minutos cuando colapse en el suelo... ella se escucha incrédula... ¿triste? ¿decepcionada?
-Es la verdad... por primera vez, estoy diciendo la verdad en 10 años-
-¿Tiene diez...?- Olga bajo su cabeza... sabía que confesar la verdad sería duro ¿pero porque era siendo tan duro? ¿Porque me está desgarrando el cómo Olga está reaccionando a la realidad? ¿Porque está reaccionado así? -Cuando lo– pensabas... pensaba decir– -
-Por favor, para- No quería negarle la verdad, pero me estaba destruyendo de nuevo, no podía hacerlo. Iba a hacerlo... no, iba a mostrárselo -Todo tiene una respuesta... de verdad, solo... permíteme explicártelo y por favor, por favor solo... no me odies por esto-
Jamás podría vivir sabiendo que me odias...
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