—¡Santiago, a mi no me haces tonta! —me reclamaba una chica de cabello castaño rubio ondulado, alterada como nunca la había visto— "Se metió en un bar perteneciente a una organización de mercenarios y-" —arremedó a medias la explicación de las noticias —¡No me jodas! Tú eres amigo ¡Íntimo! de una de esas personas —y se te olvida mencionar socio—. Ari Oxenfire. Así que si no te organizaste con ella para matar a Valeria, ¡Mi mejor amiga!, no encuentro otra explicación al hecho de que curiosamente las dos personas que más la despreciaban estaban en el lugar su asesinato. ¡Dime la maldita verdad!
—Tan lista como siempre, Ashly, corazón. Pero me veo en la penosa necesidad de decirte que esta vez estás diciendo sinsentidos. Ari será una asesina, pero está entrenada y disciplinada, ella no asesina a cualquiera solo por que si y mucho menos fuera de su trabajo; y, bueno, me ofendería que pensaras algo así de mí. Sinceramente, el hecho de que me desagradara Valeria, no es motivo ni excusa para hacer algo semejante, debo admitir que la escena fue algo…. —fingí perturbarme— …complicado de asimilar. —expliqué con infinita calma y sobre fingida incomodidad.
—Me crees idiota, ¿Verdad?
—¿Disculpa?
—El departamento de investigación a cargo del caso de Valeria encontró un arma demasiado específica al lado de ella. —ladeé la cabeza fingiendo no entender. —El arma que suele usar Oxenfire. Hasta la puta marca roja tiene.
Ari, ¿Por qué tienes que personalizar tus armas con piezas rojas y pintura?
Dejé que mi expresión falsa como máscara se disipara y mi rostro se tornó serio. ¿Qué otra opción quedaba? —Pero no le disparó ella. —sentencié.
Ashly quedó perpleja mas no sorprendida. Mirándome con la más fría seriedad que el enojo puro es capaz de concebir en un rostro.
—Hace dos instantes acabas de decir que no serías capaz de algo así —habló luego de unos momentos de silencio —, y nunca lo creí de ti. Realmente nunca te creí capaz de algo así, Santiago. Eres socio del mundo del asesinato, pero se supone que aún no habías entrado, que estabas limpio… —parecía más un cuestionamiento.
—Lo estoy, esto no tuvo nada que ver y fue en defensa propia. Valeria en estado de ebriedad era una mujer peligrosa. —Hablaba sereno.
—¡No te atrevas a manchar su nomb-!
—¿Miento? Tú la conocías.
Su expresión se debilitó y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos castaños.
—¿A qué punto llegó para que tuvieras que matarla y arrancármela de las manos? —susurró sin voz y no me inmuté hasta que se limpió las lágrimas y repitió la pregunta:—¡¿A qué maldito punto llegaron las cosas para que la mataras?!
—Al punto que ella las llevó.
Rugió como un animal salvaje al atacarme, pero en cuanto me hice a un lado, chocó más bien contra el mueble detrás mío, y un jarrón decorativo antiguo en la cima del mismo cayó de inmediato a su cabeza.
La sangre fue instantánea.
Sin embargo reanudó sus intentos de golpearme, obteniendo éxito en algunos. Ella practicaba artes marciales durante su adolescencia, por lo que tenía una considerable fuerza y sus habilidades no se habían desgastado precisamente, los años favorecían a esa mujer desde que yo tenía memoria.
Tomó un pedazo de cerámica rota, cuyo filo cortó sus dedos en cuanto lo tomó, y se abalanzó a atacarme con ella. Con una mano tomé la muñeca con la que Ashly sostenía la cerámica y con la otra su cabeza, azotando su nuca contra el borde de uno de los niveles del mueble.—Los accidentes suceden. —espeté una vez ella cayó al suelo de rodillas a un lado de la cerámica rota.
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Hijo de la Muerte
FanficUna mujer con ansias de sentir su cuerpo ser tomado, deseó que fuera liberado. Una intensidad que terminó siendo aplacada. El desespero por la venganza. El luto por una hermana. Los incidentes pasan. Madre, ¿Podrás perdonarme? ⓘGore y descripciones...