INFRUNAMI || En un mundo donde las sombras del pasado aún susurran, la historia de Cassiopeia Lestrange emerge como un faro de esperanza y redención. Hija de mortífagos, encontró su luz en medio de la oscuridad, desafiando el legado de sus padres pa...
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✝︎ CHAPTER EIGHT ✝︎ ❝ NIGHTMARE LIGHTS ❞
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Cassie no podía quitarse de la cabeza la carta de su madre, Bellatrix. Había sido un golpe duro, una confirmación de lo que siempre había temido: su destino parecía estar ligado a los Mortifagos. Sin embargo, había algo, o más bien alguien, que le daba un rayo de esperanza en medio de toda esa oscuridad: Theodore Nott.
Esos días en Hogwarts habían sido una mezcla de emociones intensas. Después de la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos, donde Harry había rescatado a Ron del Lagro Negro, la atmósfera en la escuela estaba cargada de expectativas y tensiones por saber quién sería el ganador. Cassie y Theodore apenas y pasaban tiempo juntos pero esperaban con ansias su cita del Sábado.
El día de la cita llegó rápidamente. Theodore la esperaba en la entrada del castillo, vestido de manera casual pero elegante, mostrando su estilo único que demostraba seguridad y oscuridad, también vestía una bufanda verde y plata que resaltaba sus hermosos ojos. Cassie se sintió nerviosa al acercarse, pero cuando el tomó su mano, todos sus temblores desaparecieron.
— Despéjate. Vamos a disfrutar este día —dijo Theodore mientras caminaba con ella—. Solo tú y yo, ¿de acuerdo?
Ella asintió, sintiéndose segura y feliz por primera vez en mucho tiempo. Aunque aún se sentía estresada por su situación actual, el estar con Theodore la calmaba al cien por ciento.
En Hogsmeade, recorrieron las tiendas, riendo y charlando sobre todo y nada. Entraron a Zonko's, donde Theodore le compró una caja de caramelos que hacían cosquillas en la lengua, y después fueron a Las Tres Escobas, donde compartieron una cálida cerveza de mantequilla.
Sentados en una mesa junto a la ventana, Cassie miró a Theodore, preguntándose cómo había llegado a ser tan importante para ella. El la miró de vuelta, sus ojos llenos de una calidez que la hacía sentir segura.
— Cassie, quiero que sepas algo —dijo Theodore, tomando su mano a través de la mesa—. No importa lo que pase con todo esto de los Mortifagos. Estoy aquí para ti. Siempre.