INFRUNAMI || En un mundo donde las sombras del pasado aún susurran, la historia de Cassiopeia Lestrange emerge como un faro de esperanza y redención. Hija de mortífagos, encontró su luz en medio de la oscuridad, desafiando el legado de sus padres pa...
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✝︎ CHAPTER TWO ✝︎
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El aire frío de noviembre envolvía los terrenos de Hogwarts mientras el castillo se sumergía en un ambiente de anticipación y nerviosismo. Las primeras heladas habían cubierto los jardines con una fina capa de escarcha, y el aliento de los estudiantes se convertía en nubes de vapor que ascendían hacia el cielo gris y opaco. Con la llegada del mes, las sombras de la guerra parecían extenderse aún más sobre la escuela, proyectando una atmósfera densa y opresiva que se filtraba en cada rincón del castillo.
Los estudiantes caminaban por los pasillos con una mezcla de ansiedad y determinación, sus rostros marcados por la preocupación y el cansancio. Las conversaciones en voz baja llenaban el aire, susurros cargados de rumores y temores sobre lo que estaba ocurriendo más allá de los muros de Hogwarts. El regreso de Voldemort y la caída del Ministerio de Magia a manos de sus seguidores habían dejado una huella profunda en todos, y la incertidumbre sobre el futuro se cernía como una sombra constante sobre ellos.
En las aulas, los profesores intentaban mantener un aire de normalidad, pero la tensión era palpable. Durante las lecciones de Encantamientos, el Profesor Flitwick alzaba la voz más de lo habitual, tratando de mantener la atención de sus alumnos en los hechizos y encantamientos que les enseñaba. Sin embargo, incluso él no podía ocultar la preocupación que se reflejaba en sus ojos cada vez que miraba a sus estudiantes.
En la Gran Sala, los banquetes se celebraban con menos alegría de la habitual. Las conversaciones eran más sombrías, y las risas se habían vuelto raras. Las mesas de las casas, una vez llenas de vida y diversión, ahora estaban salpicadas de rostros serios y miradas perdidas. Las velas flotantes en el techo parecían brillar con menos intensidad, y el techo encantado que mostraba el cielo exterior estaba casi siempre cubierto de nubes grises y amenazantes.
El ambiente en la Sala Común de Slytherin era igualmente tenso. Cassie, sentada junto a Arabella y Terry, sentía el peso del agotamiento acumulado durante los últimos meses. Intentaban concentrarse en sus deberes escolares, pero era difícil ignorar la sensación de peligro inminente que se cernía sobre ellos.
