Capítulo 7

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Aike abre los ojos lentamente, sintiendo que la visión está borrosa. La habitación está ligeramente oscurecida, iluminada solo por la débil luz que se filtra por las cortinas entreabiertas. Un ligero gruñido escapó de sus labios mientras intentaba moverse, pero su cuerpo parecía hecho de plomo. Cada movimiento es un gran esfuerzo, como si nadara a través de un mar de almohadas. Un gemido de dolor se escapa de su boca al intentar incorporarse, sintiendo un punzante dolor y hormigueo en cada músculo y articulación.

— Oh... ¿Dónde estoy? -Murmura suavemente, sus labios adormecidos- Espera... la enfermera... ¿todo fue un sueño? -Se pregunta, mirando al techo-

Su mente está nublada, como si despertara de un sueño profundo. Lo último que recuerda es haber despertado en una enfermería con una enfermera atractiva y luego haber sido trasladada al hospital, donde un doctor igualmente atractivo la atendía. Recuerda vagamente las pantallas flotantes que aparecían de la nada. Con un esfuerzo supremo, se sienta en la cama, apoyando la espalda contra el cabecero. El mareo la envuelve, y el dolor pulsante en su cabeza amenaza con hacerla desmayar de nuevo. El dolor, sin embargo, la ayuda a recuperar algo de lucidez. Comienza a tocar su cara, notando que lleva lentes.

— E-espera... ¿qué? -Murmura mientras se quita los lentes por un momento, notando el cambio en su visión- ¿No fue un sueño? -Dice en shock, volviéndose a colocar los lentes-

No solo nota que lleva lentes, sino que también observa que sus manos están vendadas. Se sobresalta, haciendo un movimiento brusco que provoca una punzada dolorosa en su cuerpo.

— A-Auch... Me duele todo... -Dice Aike, mirando sus manos- Como si me hubiera chocado un camión... ¿Eh? ¿Camión? -Repite confundida, con un recuerdo borroso de algo que parecía un grito. Su cabeza empieza a doler, un recuerdo vago llega a su mente-

"¡Pendeja, sal del camino!"

Aike abre los ojos como platos al recordar eso, aunque luego sacude la cabeza, pensando que también fue parte del sueño.

Parpadea, tratando de enfocar su mirada en el entorno familiar de la habitación. Observa la mesita de noche al lado de su cama y encuentra un vaso de agua medio lleno. Se estira con dificultad para agarrar el vaso, llevándolo a sus labios resecos. El líquido fresco desciende por su garganta, aunque un poco se derrama por su barbilla. Cuando termina el vaso, lo deja de nuevo en la mesita. De repente, siente una oleada de náuseas.

— T-tengo ganas de vomitar -murmura mientras pasa una mano por su pelo, notando la venda en su cabeza-

Luego, lentamente se levanta de la cama, tambaleándose por los mareos persistentes. Decide apoyarse contra la pared de la habitación.

Se acerca a una puerta, pensando que es la del baño privado, pero descubre que es un armario. Dentro hay ropa, algunos objetos personales y un espejo. El reflejo muestra su apariencia, queda en shock unos momentos al ver su reflejo pero no se detiene a analizarla y cierra la puerta

— ¿E-eh? ¿E-el baño? -se cuestiona a sí misma mientras arrastra los pies hasta la otra puerta de la habitación-

Caminando con dificultad hacia la otra puerta, Aike se aferra a ella, sintiendo una ligera oleada de vértigo mientras se apoya en la puerta. Con un suspiro, se aventura a abrirla, dejando escapar un ligero crujido que la hace estremecerse. La luz tenue del pasillo le golpeó los ojos, haciéndola parpadear un par de veces para acostumbrarse.

Con pasos vacilantes, Aike sale al pasillo sintiendo cómo su corazón late con fuerza en su pecho. Mira a su alrededor, tratando de reconocer el entorno que la rodea, pero todo parece extrañamente ajeno. Se apoya en las paredes, ya que el mareo aún persiste. Llega a unas escaleras y se asoma, escuchando murmullos distantes. Decide bajar unos pocos escalones, deteniéndose para observar la escena en el salón con cautela.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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