Poesía

Cura

Milo, tú fuiste mi cura

En ti encontré la ternura

Tu amor sanó mis heridas

Y en tus brazos encontré la vida

Contigo el dolor se esfuma

Como una dulce bruma.

Eres mi refugio, mi hogar

En tu amor encuentro paz sin par

Milo, eres mi luz en la oscuridad

Mi razón para sonreír cada día

Juntos, enfrentamos la adversidad

Y en cada desafío, nuestra unión prevalecía

Tu amor es mi fuerza, mi fortaleza

En cada beso, en cada abrazo

Contigo, el mundo cobra belleza.

Y mi corazón encuentra su espacio

Milo, tú fuiste mi cura

Y en cada latido, te llevo conmigo

Nuestro amor perdura

Como un eterno abrigo.

En el campamento 

Con Milo 

Milo continuó cuidando de Camus, asegurándose de que descansara adecuadamente y recibiera el tratamiento necesario para recuperarse completamente. Con cada cura y vendaje, expresaba su preocupación y afecto por su compañero.

Milo: ¿Camus, recupérate pronto por favor? - acariciándolo - mi fiel compañero.

A pesar de que muchos lo consideraban un traidor, para Milo no era así; todo tenía un porqué para él.

Incluso Saga, quien no simpatizaba mucho con Camus, le pidió disculpas por traicionarlo y romper sus ilusiones. También confiaba en Camus por su capacidad intelectual, aunque para él mismo se consideraba un traidor por expectativas de Saga.

Milo se encontraba preparando algunas provisiones mientras cuidaba de Camus, quien yacía descansando aún sumido en un estado casi somnoliento debido al agotamiento y el dolor de sus heridas. Con una suave sonrisa en los labios, Milo se acercó a su amigo y comenzó a hablarle en voz baja, como para calmarle con su voz. Con todos los caballeros lo hacia ya que sabia primeros auxilios, después que sus propios escorpiones les inyectaran sus
veneno.

Milo: Camus, ¿puedes escucharme? Sé que estás cansado y herido, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, ¿de acuerdo? No tienes que preocuparte por nada más que recuperarte. Te cuidaré con todo lo que pueda igual que con Saga lo he hecho  - hablo inocente.

Aunque Camus seguía con los ojos cerrados, asintió levemente, reconociendo la voz reconfortante de Milo y sintiendo su presencia tranquilizadora a su lado. Aunque la mención de Saga no le gustaba para nada. 

Camus: Gracias, Milo. Tus cuidados significan mucho para mí. Me siento afortunado de tenerte solo para mí - pensó.

Milo continuó alimentando a Camus con delicadeza, procurando que ingiriera suficientes líquidos y alimentos nutritivos para facilitar su recuperación.

Milo: ¿Sabías que Shaka se le confesó a Mu? Y Saga, no sé por qué, pero me dijo que después de la misión tenía algo importante que decirme. - hablando en voz alta. 

Camus se hizo el dormido, aunque en realidad estaba casi recuperado. Disfrutaba de las atenciones de Milo, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza cada vez que su amigo se acercaba para cuidarlo. Cada gesto amoroso de Milo lo hacía sentir querido y especial, y no podía evitar sentirse enamoradizo ante tanta dedicación.

Sin embargo, cuando escuchó el nombre de Saga, un sentimiento de celos y preocupación surgió en lo más profundo de su ser. Aunque intentaba ocultarlo, la idea de que Saga pudiera tener algo importante que decirle a Milo despertaba una sensación incómoda en su pecho. ¿Qué podría ser tan relevante como para que Milo quisiera compartirlo con el líder de los Caballeros de Oro?

A pesar de sus emociones encontradas, Camus decidió mantenerse en silencio, disfrutando del cuidado y la compañía de Milo mientras luchaba por entender los sentimientos que surgían en su interior.

Mientras su pecho se descongelaba. Sentía un intenso calor en el estómago.

¿Qué era esa sensación placentera? 

Continuara...