Dedicatoria y Prólogo

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Para los que saben que un sueño

merece ser cumplido.

Prólogo

¿Alguna vez pensaste si la felicidad y el dolor era el mismo concepto?

Dicen que el amor es algo puro, infinito o que habría alguna posibilidad de que murieras por aquella persona, que evitaras que el dolor le afectara. Nunca me había enamorado ni sabía que existía algo tan extraño. Dos cuerpos formando uno. Un corazón lleno de mariposas.

El dolor por querer demasiado era algo que habían experimentado muchas personas, sin embargo, nunca supe si a pesar de todo mis padres lo experimentaron.

Sobre todo, lo veía en las películas. A pesar de que las dos personas no estuvieran destinadas para siempre, las uniría los recuerdos felices o, en nuestro caso, los momentos tanto felices, eufóricos, como los tristes. Nuestros momentos en los que el teatro y la música fluían en nosotras como si fuera nuestro último día. Porque sabíamos muy bien que el dolor y el amor era algo nuestro. Si no la podía ver los sentimientos me lo harían saber. Todo lo que quería lo tenía junto al amor de mi vida.

Sonreí mientras agarraba una guitarra vieja y acaricié aquella firma. Luego, noté como una lágrima asomaba por mi ojo derecho y me acordé de la pregunta que me hizo mi padre cuando cumplí seis años.

«—¿Qué quieres ser cuando seas mayor?

—Quiero ser una artista, hacer feliz a la gente y poder encontrar a mi príncipe azul».

Después de mucho tiempo, me di cuenta de que lo había encontrado, pero de una forma diferente.  

Una conexión entre notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora