★𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁. . . .

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chapter eight: ᴛʜᴇ ᴍᴀᴢᴇ«ᴇʟ ʟᴀʙᴇʀɪɴᴛᴏ»

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chapter eight: ᴛʜᴇ ᴍᴀᴢᴇ
«ᴇʟ ʟᴀʙᴇʀɪɴᴛᴏ»








chapter eight: ᴛʜᴇ ᴍᴀᴢᴇ«ᴇʟ ʟᴀʙᴇʀɪɴᴛᴏ»

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NEWT SE PARÓ UNOS SEGUNDOS. ¿Dónde estaban Minho y Alby? Ellos, como simples Clarianos que eran, no poseían un reloj que les diese la hora, pero podían indicarse por donde la sombra se plasmaba, y ahora mismo estaba atardeciendo. Cuando había una de estas expediciones raras, el Líder no solía ir a acompañar a los Corredores, pero la excepción había sido hoy, y Alby había acompañado a Minho. 

Sam también se había dado cuenta de la tardanza, porque como ya estaba anteriormente mencionado, Sam no había visto a Alby correr en ningún momento durante su estancia en el claro. 

Ahora Sam se encontraba caminando hacia las puertas del Laberinto por las que sus dos amigos habían salido por la mañana. Estaba preocupada, pues si no volvían a tiempo, las posibilidades de que sobrevivieran una sola noche en el Laberinto eran pocas, casi nulas. Se sentó ahí. No el medio: si venían corriendo se chocarían con ella. Se sentó a un ladito, donde podría ver como cruzaban las puertas como si de una carrera se tratase. Si las cruzaban.

Después de unos minutos, lo único que era alumbrado por el sol eran las copas de los árboles mas altos, y los Clarianos se habían comenzado a agolpar en la entrada del Laberinto, entre ellos, Thomas. Sabía que a él la pérdida de dos Clarianos no le afectaría tanto como a Sam. Quería estar ahí para ella. Eso si no hacía ninguna insensatez. 

...

La tensión se podría cortar con un cuchillo. Nadie hablaba. Todas las miradas estaban dirigidas hacia el largo pasillo que hacía de entrada al Laberinto, esperando ver algún indicio de vida. Sam se había levantado y se había puesto al lado de Thomas. El espíritu optimista de la chica había desaparecido de sus ojos por una vez, y ahora tenía el ceño fruncido y la boca cerrada en una línea perfecta. Tenía los ojos vidriosos, como si el solo hecho de pensar que iban a morir dos de sus amigos la partía en dos. Thomas no se fijó en este detalle hasta que desvió levemente la mirada hacia ella. 

Su mente de chico enamorado le hizo agarrarla  de la mano, como si haciendo eso fuese a solucionar los problemas. Quizás esto no, pero cuando sintió como la grande mano de Thomas se entrelazaba con la suya, Sam se calmó al pensar que "Thomas si estaba ahí."

Por ahora.

...

Quedaban cinco minutos para que las puertas se cerrasen. Cinco minutos de completa y silenciosa desesperación. Sam escuchó como Thomas le preguntaba a Newt.

—¿Y no podemos enviar a nadie a buscarles? —sugirió, preocupado.

—Va contra las normas —cortó Gally, tratando de superponer el tono grosero a su preocupación.

—No podemos permitirnos perder a nadie mas —siguió Newt.

Se hizo el silencio de nuevo. De repente, un viento salió del Laberinto y un fuerte sonido de piedras comenzó a retumbar en los oídos de Sam. Cerró los ojos, tratando de pensar que aquello no era lo que pensaba, pero luego los volvió a abrir, porque sí: las puertas se estaban cerrando. Por inercia, apretó más la mano de Thomas. Se escucharon jadeos por parte de los Clarianos y las puertas comenzaron a cerrarse lentamente, a un ritmo tortuoso. 

Sam, aún dada de la mano con Thomas se adelantó un paso. Entonces Thomas desvió su mirada de las puertas y seguido señaló algo dentro del Laberinto.

—¡Ahí!

Todas las miradas se desviaron hacia donde Thomas señalaba, y haciendo un esfuerzo visual, lograron ver como alguien se aproximaba difícilmente hacia ellos. Después de unos segundos, Sam se fijó en que Minho y iba a un paso lento... y además cargaba algo. Mejor dicho, a alguien. No pareció ser la única.

—Espera, algo va mal —anunció Newt, alterado.

Bingo.

Minho cargaba a Alby a la espalda, que parecía medio desfallecido. En un punto, comenzó a arrastrarle. El primero en gritar fue Chuck. Y a él se unieron el resto de Clarianos.

«No lo van a conseguir.»

Ella no se unió al griterío, estaba demasiado asustada como para hacer nada. Tenía un nudo en la garganta que apenas la dejaba hablar. Newt y Thomas tampoco gritaban, y, a juzgar por sus expresiones, tampoco tenían mucha esperanza en ello.

Sam miraba como Minho se acercaba con dificultad a las puertas, y se volvió a repetir. 

«No lo van a conseguir.»

Thomas solo tuvo unos segundos para pensar si lo que iba a hacer a continuación era muy impulsivo. Pero, cuando las puertas estaban a nada de cerrarse, la mano de Thomas abandonó la de Sam, y así abandonó el Claro. Los gritos se intensificaron. Thomas miró a ver hacia atrás después de caer duramente al suelo. Y las puertas se cerraron, dejando a Thomas con la mirada asustada y confusa de Sam grabada en la retina de sus ojos marrones.

Y se sentiría culpable lo que le quedaba de vida por ello.







Y se sentiría culpable lo que le quedaba de vida por ello

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879 palabras.

Bueno he decidido cambiar los gráficos xq la verdad q los otros los había hecho con el ordenador, y yo ahí no manejo bn nada, así que... pero os gustan?  O bueno pa que pregunto si no me va a responder nadie, es como hacer un dueto en una habitación vacía.

(Amanecí poeta)

Areh ✨🌿

𝗦𝗘𝗜𝗝𝗔𝗞𝗨 ★ ᴛʜᴏᴍᴀsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora