Extra 2

134 13 10
                                    

Me levanté del césped, sintiendo una oleada de emociones que no experimentaba desde hacía mucho tiempo. Por primera vez en mucho tiempo, sentía emoción, una emoción que me llenaba de esperanza y determinación.

Había retrocedido en el tiempo, volviendo a ser un niño de 11 años, con toda la ingenuidad y la falta de conocimiento que ello implicaba. Pero esta vez, tenía la oportunidad de solucionar las cosas desde el principio, desde la raíz. Era como si el universo me estuviera dando una segunda oportunidad para enderezar las cosas.

Tratando de orientarme, observé a mi alrededor, pero no lograba recordar qué estaba haciendo ese día. Comencé a caminar sin rumbo fijo en el espeso bosque, sumido en mis pensamientos, hasta que fui interrumpido por unos gritos que resonaron entre los árboles.

- ¡Oscar! -una voz infantil y femenina cortó el silencio del bosque. Me giré hacia atrás y la vi.

Sus ojos irradiaban confianza, su rostro perfecto era una imagen que había almacenado en lo más profundo de mi memoria. Con su típico gorro y su aura de vitalidad, me quedé mirándola, sintiendo una extraña mezcla de sorpresa y consuelo. Aunque era un poco más joven, verla de nuevo me reconfortaba de alguna manera, parecía tan irreal.

Ella corrió hacia mí, envolviéndome rápidamente en un abrazo que me tomó por sorpresa. Me quedé congelado por un momento, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo.

- ¡Me tenías preocupada! Desapareciste mientras jugábamos a las escondidas -, dijo con voz calmada, mientras su rostro se ocultaba en mi cuello.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi labio tembló involuntariamente. Sentir su calor corporal y escuchar su voz tan familiar me conmovió hasta lo más profundo. Rápidamente correspondí al abrazo con fuerza, sintiendo cómo el peso emocional de todo lo que estaba pasando se desataba en sollozos.

- ¿Qué pasó? - preguntó, mientras acariciaba mi cabeza con su mano.

- Me perdí en el bosque, tenía mucho miedo -, mentí. No quería contarle la verdad, no a una niña. Quería que viviera en paz, sin preocupaciones sobre el futuro incierto que yo representaba.

Pasamos un buen rato abrazados, y lo necesitaba más de lo que imaginaba. Nos separamos mientras me limpiaba las lágrimas con las mangas del saco.

- Vamos, ¡los otros chicos nos esperan! -, dijo felizmente, agarrando mi mano y guiándome por el camino. Tenía que proteger su felicidad, sin importar el costo. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando llegamos a las cabañas del campamento y nos acercamos a un grupo de chicos. Todo se veía tan diferente, tan vivo y lleno de color, muy distinto al futuro desolado que conocía. Las cabañas estaban bien mantenidas, nada parecido a lo que recordaba.

- Oscar tuvo que ir al baño -, explicó Erizo, tratando de disimular lo que realmente había pasado.

- Perdón -, respondí, rascándome la cabeza y fingiendo una sonrisa. Ni siquiera recordaba los nombres de los chicos que nos rodeaban. ¿Era Julia, Pepe, Alexandra? Maldición, no tenía ni idea.

- Dejamos de jugar por tu culpa -, espetó molesta una chica con lentes, creo que se llamaba Julia.

- Tranquila, Lucy, Oscar ya se disculpó -, comentó una chica con gorra roja, tratando de calmar el ambiente. Ni siquiera estuve cerca de adivinar su nombre.

- Alexa, eres muy blanda con él. Pepper se durmió hasta que él apareciera -, insistió Lucy, señalando al panda dormido. Yo solo la miraba, tratando de recordar. Ahora la recuerdo: era una nerd con comportamiento infantil. Ni siquiera sé por qué me enamoré de ella en mi infancia.

- Hey, chicas, no peleen. Todavía nos queda toda la tarde para jugar, ¡no nos amarguemos! Además, esta noche tenemos el Festival de la Luna -, intervino Erizo, tratando de evitar que el problema escalara aún más.

Changes | Oscar x Erizo (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora