Capítulo 4

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Sábado 4 de marzo, 22:00 pm.


Los cumpleaños de mamá siempre son algo... Descontrolados. El año anterior terminó en ella y la tía Marta, ebrias y molestando a los invitados. La familia está acostumbrada a eso, pero me sigue pareciendo incómodo que mis amigas la vean en ese estado, haciendo papelones. Para mi suerte, solo tendré que aguantar eso por poco tiempo ya que recién salgo del trabajo junto a Morgan. Anne y Kelly ya están en casa de mis padres, me enviaron un mensaje diciendo que Olivia les estaba haciendo compañía.

—¿Le has comprado algo? —preguntó Morgan en el asiento del copiloto.

—Unas bragas para que las estrene con mi padre.

Ella echó a reírse a carcajadas.

—En serio, ¿qué le has comprado? Yo le compré una blusa.

—Desde que vió a una de sus amigas con chaqueta de cuero no para de hablar de ella, así qué se la compré.

—¿Y tu padre?

—Pues, lo averiguaremos en la fiesta.

Treinta minutos más tarde estaba por estacionar el el garaje cuando vimos que estaba ocupado.

—Genial, un idiota ocupó mi lugar —murmuré estacionando frente a la puerta de casa.

—Ese coche me resulta familiar —comentó Morgan.

—Te aseguro que Tom no está aquí —bromeé.

—No Tom —me miró con mala cara—. Uno de los empleados de tus padres

—Tal vez esté Cora, les agrada.

—¿Y a ti?

—No me encanta, pero tampoco me molesta.

—Como todos —dijo con una sonrisa inocente cuando bajó del coche.

Hice lo mismo, tomé el regalo en la parte de atrás y le puse la alarma al coche. Cuando nos acercamos a las escaleras de la entrada se podía escuchar la música de adentro. Prepárense para el desastre en segundos. Saqué la llave, abrí la puerta y la dejé pasar primero a Morgan. La casa estaba repleta de globos y familiares por todos lados, sus amigas estaban con un bonete junto a sus copas de vino o cerveza. La busqué con la mirada, estaba hablando con mis amigas, ellas también tenían un bonete. Seguro que se los puso a la fuerza. Caminamos hasta mi madre que estaba de pie al lado del sofá.

—Feliz cumpleaños, mamá —le entregué la bolsa que agarró con gusto.

—Oh, cariño —me apretujó en sus brazos—. Gracias por venir.

Se alejó de mí para abrazar a Morgan mientras yo saludaba a mis amigas.

—He llegado al rescate —les hablé por lo bajo.

—A que no sabes quién ha estado rondando por aquí... —me dijo Kelly.

Mis pupilas aumentaron de curiosidad.

—Empieza con C y termina con ollins.

Fruncí el ceño.

—No, espera. Ella no le dice así —habló Anne divertida—. Empieza con V y termina con incent.

—¿¡Qué dices!?

—Nos ha saludado y todo.

—¿Por qué está acá?

—Tus padres lo habrán invitado.

Suspiré localizando a papá, seguramente estaba en la cocina, alejado de todos junto a su cerveza. Él odia los eventos. Me escabullí hasta la cocina, donde efectivamente, estaba ahí. Tomé una cerveza y me apoyé en la mesada a su lado.

El chico del clubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora