Capítulo 28. Oro rojo.

1.4K 194 41
                                    

Me enamoré de Dwight porque él era muy diferente de todos los alfas que había conocido en mi vida. Venia de una familia pobre, nunca conoció a su padre, y su madre y su hermana menor eran omegas, así que él siempre trataba a todos los omegas con cariño y respeto.

Lo conocí cuando estaba haciendo mis prácticas en el hospital de mi padre, él era uno de los doctores residentes, y desde el primer momento hicimos "click", Dwight con su actitud amable y feromonas tranquilizadoras, y yo siendo más agresivo y sarcástico.

Si me preguntaran lo que me gustaba de él era que yo lo consideraba diferente a los demás alfas, alguien confiable que iba a tratarme con el respeto que me merecía, y una persona tan amable que siempre iba a ser mi compañero perfecto. Lo cual resulta en algo irónico, ya que terminó engañándome, estando con su asistente durante los dos años de nuestra relación.

Creo que realmente nunca amé como tal a Dwight, eso es algo que aprendí con Jason, nunca amé a Dwight de la forma en la que amé a Jason. Podría ser porque él es mi destinado, pero sinceramente creo que... Jason simplemente es una persona mucho mejor para mí que él. Con Dwight simplemente era beneficio, lo consideraba un buen compañero para mí, era un tipo amable, ya titulado como doctor, que estaba trabajando con mi padre y que mi familia aprobaba, era el mejor partido.

Pero nunca lo amé, cuando me casé con Dwight, pensar en el vínculo o un embarazo era simple rutina, como cuando debes ir al dentista o el doctor, algo obligatorio que puede ser molesto o algo bueno, te da igual. Con Jason es diferente, me emociona pensar en tener un hijo a su lado, estar vinculado con él, eso es algo que me hace feliz.

Nunca sentí esa emoción o felicidad con Dwight, solo con Jason, y ahora relaciono la felicidad con el amor. No hay ningún alfa en cualquier universo que me haya hecho tan feliz como Jason Felton.

—Así que una pérdida de memoria —dice Dwight apareciendo detrás de mí, trayendo una taza con chocolate caliente.

—Sí, lamento no recordar nada... —me disculpo algo avergonzado.

—Tu madre y tu hermana se sentirán tristes, pero te aseguro que con nuestra ayuda vas a recuperarte, vas a estar bien...

Dwight me mira como un niño, en este universo Lionel que es el cuerpo que habito, tiene tan solo 19 años, y tanto en mi mundo como en este, Dwight tiene 29 años, tenemos una diferencia de edad considerable, así que él me ve como un hermano menor o algo así. Y yo lo prefiero, es raro estar junto a él de esta forma, y aunque intento separar a las dos personas que conozco, el Dwight de mi mundo y el de este sitio, me es complicado no tener un sentimiento extraño al estar junto a él.

—Así que los Dominios... —susurro pensativo— ¿Puedes decirme como nos conocimos?

Estamos en ese pequeño barco, después de casi 12 horas de viaje, estamos en alta mar, sin tierra a la vista, y yo me pregunto cuanto tiempo tardaremos en llegar a ese sitio mágico del que todos hablan.

—Nos conocimos en el pueblo, donde tu madre era el curandero, así que te conocí un día que fui al hospital —me explica Dwight.

—Y si nosotros nacimos en los Dominios, ¿Cómo es que terminamos en este reino? —pregunto algo confundido.

—Nosotros ayudamos a los demás, venimos a Versalles porque sabemos lo estúpido y ridículo que es su rey, como tiene desatendido a su pueblo, y lo difícil que es sobrevivir para ellos. Venimos aquí a hacer labor "humanitario", pero regresamos a casa cada cierto tiempo, ese es el caso de tu madre, tu familia tenía previsto regresar en dos años más, después de pasar 7 años ayudando en Versalles, desafortunadamente el rey atacó antes así que no tuvieron esa oportunidad...

Un guía atrapado por la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora