No tengo a donde ir.

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El olor era tan delicioso, dulce amaderado y limpio–al pensar en lo último me sobresalte sentándome rápidamente sobre aquella cama, estaba en una habitación lujosa, sombría y varonil, entre suaves sabanas negras y almohadas grises.

Sentí mi cuerpo tensarse cuando oí su voz al lado mío – ¡Dios! Si sigo así, me voy a morir antes de cumplir los 18.

Tae: Señorita Lee –pensé que había caído en coma –suelta en tono sarcástico, su voz gruesa y a la misma vez suave –podría jurar que esa voz hizo eco entre mis piernas.

Tae: señorita Lee sabía que si sigue metida en mi cama con esos dos botones rosas tan duros como mi pene no tendré compasión en follarla como un animal, seré tan tortuoso al pasar mi lengua en tu vagina bebiéndome tu néctar lentamente te hare gritar mi nombre suplicando que te lo meta sin compasión.

Para esos momentos me sentí tan pequeña en esa inmensa habitación con aquel intimidante hombre, la vergüenza  hacía arder completamente mi rostro mientras, mientras el está sentado en aquel sitial tan tranquilo, parecía no tener ninguna emoción reflejada en su rostro, bebiendo una copa de algún tipo de licor fino.

Tae: seré directo señorita Ariadne no acostumbro a ir por la vida follando a cualquier mucama que llega trabajar para mí, pero aprovechando que está usted en mi cama con un ceno al aire  -me   tape con rapidez.

Tae:  le voy a dar la bienvenida que se merece –s...señor Kim solté casi inaudible –me vi en la obligación de interrumpirlo.

Ari: s...señor Kim y...yo no sé cómo decirle esto, pero yo soy hija de Kim Seo Yoon –lo último que escucho  fue el estruendo del vaso con licor estampándose y desintegrándose en el piso.

Se paró con rapidez de su asiento sacudiéndome con brusquedad – ¡que es esta mierda! Gritaba caminando de lado a lado como un tigre jalándose el pelo con ambas manos.

Tae: ¡mira jodida niña! te largas de mi casa a h o r a –¡yo no tengo ni una maldita mierda que ver contigo ni con tu madre ¡fuera! ¡lárgate! Sentía el calor de mis lágrimas recorrer mis mejillas.

Nunca nadie jamás me había gritado así –me saco  de la habitación jalando mi brazo prácticamente me arrastro  por las escaleras, me empujo hasta donde estaban mis maletas -me tiré al piso para agarrar el ánfora de mi madre, apegándolo tanto como pude a mi cuerpo, quería sentir calor en el alma nuevamente.

Ari: le grite suplicándole ¡Señor Kim! ¡por favor! ¡no tengo donde ir! –lo detuve de aferrándome a su brazo, pero el forcejeo fuertemente zafándose de mi agarre haciéndome caer se espalda, pude sentir el ánfora de mi madre estampándose en el suelo algunos cristales rebotaron en mi rostro – en ese momento Taehyung quedo estático si articular movimiento alguno.

Ari: ¿Lee t... tu madre...tu madre mu...? Su voz se fue apando si poder terminar la frase –entre las cenizas de mi madre me pare como pude y salí corriendo mis lágrimas no dejan de rodar por mis mejillas, ahora si  estoy sola en esta ciudad, y lo más grave sola en esta vida.

Llegue a un solitario parque, ya no sentía las piernas uno de los asientos de aquel lugar seria mi hogar por esta noche, mañana me daré la tarea de encontrar un hogar donde me puedan acoger  los 8 meses que me faltan para cumplir la mayoría de edad.

Tal vez perdí las maletas que quedaron en casa de mi tío, pero lo que más me duele fue haber perdido las cenizas de mi madre –pude sentir como mi cuerpo se fue relajando, siento mis ojos tan pesados que apenas parpadeo , me deje llevar al sombrío mundo de los sueños.





El hermano de mi madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora