Versainz
(boy pussy)La fiesta de Lando era un completo descontrol, no quedaba ni una sola persona sabría en ese lugar,el calor era casi sofocante,¿Tal vez era la tensión?
Las miradas decían más que cualquier cosa, se notaban a kilómetros las ganas que se tenían el neerlandés y el español, no era que nunca hubieran tenido un encuentro en el que el menor terminaba rogando por más, pero tenían tiempo de no hacerlo.
El DJ puso algo un poco más lento y sensual, que incitaba a las personas a bailar demasiado juntos.
El español dejo de esperar y se acercó al rubio, no necesito decir palabras, solo extendió su mano para invitar al chico a la pista de baile.
"Te he extrañado, leoncito" no tuvo necesidad de hablar muy fuerte, estaban tan cerca, cuerpo con cuerpo.
"No me habías buscado, Chili" el neerlandés respondió tranquilamente, pero era claro que estaba reclamando "estuve a punto de pedirle ayuda a Checo"
Aquellas palabras le hicieron arder la sangre al mayor, podía llevarse muy bien con el mexicano, hasta lo consideraba su amigo, pero no soportaria saber que alguien más toca lo suyo.
Eso molesto demasiado a Carlos, quién tomó bruscamente el mentón del rubiol, obligando a que lo mire.
"Tu no ibas a hacer eso" su voz salió más grave y demandante "eres mío, de nadie más"
Ver así al español hacia que Max mojara sus bragas, nadie conocía ese secreto del neerlandés, solo Carlos era dueño de ese rico y apretado coñito.
"Me tienes muy olvidado, te la pasas todo el tiempo con Leclerc o Norris" Reclamo en voz baja, tratando de controlar la humedad entre sus piernas.
Claro que no iba a buscar a nadie más, pero extrañaba las atenciones del piloto de Ferrari, además Carlos no permitiría que nadie se acercara al rubio.
Todo empezó en su época de Toro Rosso, gracias a las estúpidas dinámicas, las ocurrencias de Max al ponerse unas pelotas en el pecho y un toro mecánico que los hizo tener las más locas fantasías, las cuales se encargaron de cumplir.
"¿Estás celoso, bonito?" Pregunto burlón el español y comenzó a besar su cuello sin importarle quién los viera, necesitaba marcar territorio y dejar en claro que Max era suyo.
"C..Carlos" jadeo muy bajito su nombre al sentir los besos en su cuello, sentía que se mojaba aún mas.
"Claro que estabas celoso, ¿mi niño lindo quiere atención ?" Se separó brevemente de su cuello para observar al rubio.
El menor ni siquiera tuvo que decir nada, simplemente asintió con la cabeza completamente embelesada por el piloto de Ferrari.
Decidido a que en ese momento arreglarían aquel asunto tomo su mano y llevo a Max a una de las habitaciones con las que contaba el club en la parte de arriba, por un momento parecía que ya estaba todo planeado.
Max parecía casi hipnotizado por el español, lo seguía sin decir nada, estaba esperando con ansias el momento en que estuvieran solos en la intimidad, iba tan desconectado de todo lo demás que se sorprendió cuando una mano lo detuvo.
"¿A dónde tan apurado, campeón?" Reconocería esa voz en cualquier lugar, su compañero de equipo lo había tomado del brazo, haciendo que se detuviera rápidamente.
"Checo, son ideas tuyas, no estoy apurado" agradecía infinitamente que las luces del club le ayudarán a esconder su sonrojo." ¿Vamos a la barra por algo de tomar?" Propuso el mexicano, llevaba algunas copas de más, pudo haber dicho que no estaba pensando claro, pero era una vil mentira, deseaba al menor.