Ahora tienes mi corazón y tu cuerpo lo ha aceptado. Tienes, pues, dones sagrados y dones malditos. Unos te convirtieron en Dhira y los que has recibido de mí te han proporcionado tanto virtudes como inconvenientes. Tu vida ahora será larga, pues tanto los demonios como las Dhiras gozamos de existencias prolongadas, pero descubrirás los horrores de poseer el corazón de un demonio y no serviría de nada que yo te prevenga de ellos.
Eso es lo que el demonio de la sangre, Zorath, les dijo antes de dejarlos marchar. Su agresor había sido el ángel y no Enya, así que no guardó rencor contra la Dhira. La dejó ir a ella y a sus acompañantes y Jacob se quedó junto a su señor. Aún les quedaba mucho por aprender sobre los demonios, pero descubrir que la bondad podía ser una de sus virtudes era un buen primer paso.
—¿Por qué sirves a un demonio? —le preguntó Rhiannon a Jacob antes de marcharse.
—No sirvo a un demonio. —contestó Jacob—. Sirvo a mi padre.
Y dejó a la maga con más dudas que respuestas.
Volvieron sobre sus pasos. Zander ayudó a Iryan, que aún estaba falto de fuerzas, a caminar y cargó con su peso y con la realidad de que se había vinculado con Enya. Iryan y no él.
Cuando llegaron a las escaleras que les permitirían descender de Kibah, Zander se detuvo en seco.
—Enya hizo caer la barrera de cristal —recordó Zander—. Todos irán ahora tras ella.
—Lo hizo contra su voluntad. —se quejó Rhiannon.
—¿Y quién se preocupará antes por descubrir si eso es cierto que de arrestarla o incluso ejecutarla?
—¿Y qué quieres que hagamos?
—No podemos volver —intervino Iryan—. Zander tiene razón. Pondríamos a Enya en peligro. Vosotros dos deberías volver y revisar la situación. Luego podéis informarnos.
—No voy a separarme de Enya y dejarla en Dándris. Ahora no eres capaz de protegerla tú solo.
—Es mi deber y lo haré —dijo Iryan.
—¡Y el mío también! —gritó Zander mucho más alto de lo que pretendía. Puede que os hayáis vinculado, pero nada me impide seguir sirviéndole.
—Volveré yo sola —dijo Rhiannon y sacó uno de los mentientes de su bolso—. Utilizaremos esto. Espero que su alcance sea el suficiente.
Rhiannon le dio su bolso a Iryan y este se lo colgó del hombro.
—Necesitaréis los artefactos que Lea nos dio más que yo.
Y la maga partió sola hacia Veeran.
Zander, Iryan y Enya se quedaron en Kibah. Si tenían que estar en el exilio durante un tiempo prolongado, era más factible hacerlo en Kibah, donde los recursos naturales eran numerosos y estaban a su alcance. Aun siendo el hogar de muchos demonios mayores.
No fue hasta que pasaron varios días que Zander se atrevió a sacar el tema. Los dos Zhaltos se rompían los sesos cada vez que intentaban comprender lo que Jacob les había explicado sobre la procedencia de Enya y poco pudieron soportar sin seguir entendiéndolo.
Estaban acampados en una colina. Desde lo alto se podía ver un río que cruzaba un claro lleno de flores de color blanco. Habían pasado los días posteriores a su encuentro con Zorath recuperándose de sus heridas y dolores, aunque la creación del vínculo había acelerado el proceso. Ahora, el flujo de energía viajaba constantemente entre Iryan y Enya y al poder dar uso a ese poder, la recuperación de Iryan era casi tan rápida como la de ella, que poseía el corazón de un demonio.
Zander terminó de asar el conejo que habían cazado y le ofreció un muslo a Enya.
—Hay muchas preguntas que quiero hacerte —dijo mientras ella agarraba el palo en el que estaba ensartado el muslo del animal. —Pero preferiría que empezaras explicándonos lo que quieras decirnos.
Enya los miró con un brillo culpable en los ojos. Agachó la cabeza y comenzó a decir todas esas palabras que tanto había ocultado.
—Lo que os dijo era verdad. Un ángel hizo un trato conmigo. Me dijo que si conseguía el corazón de Zorath él podría salvar a vuestra Enya, la que vive aquí. Yo vivía con mi madre, según el ángel, en el futuro. Y si no aceptaba el trato, ni mi madre ni yo sobreviviríamos, pues vuestra Enya es mi antepasado. Quise decíroslo, pero el ángel me previno de no hacerlo. No sabía que me utilizaría de esta manera y tampoco sabía que el vínculo se crearía. —Finalizó mirando con pena a Iryan.
Iryan no contestó, pero sostuvo la mirada de la Dhira y aceptó los sentimientos que esta transmitían.
—¿Y ahora qué? —preguntó Zander—. ¿Volverás a tu tiempo?
—Al principio eso pensaba hacer. El ángel ha sido expulsado de mi cuerpo y ya no puede controlarme ni comunicarse conmigo. Sin embargo, me necesita tanto como yo lo necesitaba a él. Me acabará encontrando, y querrá enviarme de vuelta para recuperar a su Enya.
—¿Necesitabas? —preguntó Iryan—. ¿En pasado?
—Cuando llegué aquí y supe que era una Dhira y que tenía que crear una condición para vincularme con un Zhalto, pensé: No puedo permitirlo. Si vinculo mi alma con la de alguien más y luego desaparezco, el vínculo se romperá y el Zhalto que se haya unido a m sufrirá. Decidí crear una condición imposible. De verdad que creía que lo era. Pero ahora todo ha cambiado. Me he vinculado contigo, Iryan.
Esas palabras se clavaron como un puñal en el vientre de Zander.
—Y no voy a permitir que sufras las consecuencias de perderme. Prometí que no dejaría que terminaras igual que tu padre. Y no tengo intención de romper más promesas.
—¿Y qué harás? ¿Evitarás al ángel y permanecerás en nuestro tiempo? ¿No verás nunca más a tu madre?
—Según Zorath, pese a tener su corazón y poder curar la enfermedad de vuestra Enya, la muerte le dará caza de todas formas. Quiero pensar que quedándome aquí estoy salvando a mi madre, no abandonándola.
—Hay una cosa en la que te has estado equivocando —dijo Iryan—. Nuestra Enya eres tú.
Ella los miró angustiada. Sintió como si toda la pena, el miedo y la culpa que había guardado en su corazón se desbordaran de golpe. Su vida había cambiado por completo. Ahora alguien dependía de ella y, aunque todavía no se había dado cuenta, ella dependía de ellos.
—Pero en una cosa sí que tienes razón —dijo Zander—. El ángel vendrá a por ti.
FIN.
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La Dhira de fuego
FantasyEnya se ve arrastrada a un viaje a través del tiempo después de tomar una decisión aparentemente trivial, y se encuentra sumergida en un mundo completamente ajeno al suyo. Lo más sorprendente es descubrir que ella misma posee poderes sobrenaturales...