Capítulo 13

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La segunda prueba se inició poco después de la hora de comer. La explicación que le dieron a los Zhaltos fue mucho más extensa y detallada de la que recibió la audiencia.

—La segunda prueba jugará con la mente de los participantes —anunció Dralkov sirviéndose del mismo artefacto amplificador que en la primera—. Se tendrá en cuenta la toma de decisiones y la rapidez en la que reaccionen a diversas situaciones para realizar una votación que podrá variar entre el cero y el cien. La profesora Morgan Durin, el profesor Hunt, el profesor Argan Cho y yo seremos los jueces y puntuaremos a cada uno de los Zhaltos tras su demostración. Los que obtengan mayor puntuación recibirán mayores beneficios en la última prueba.

—¿Todos se clasificarán esta vez? —le preguntó Enya a Rhiannon.

—Sí. Solo quedan doce participantes, así que la segunda prueba solo la han utilizado como parte de la última. Esto igualará las cosas. Zander es bueno en el combate cuerpo a cuerpo y tenía muchas posibilidades de ganar si llegaba a la última prueba, pero Iryan puede sacarle mucha ventaja en la prueba mental.

—A continuación, pediremos a las Dhiras que bajen a la pista. —prosiguió Dralkov.

Enya no se esperaba formar parte de la segunda prueba. Nadie le había informado sobre ello. Bajo junto a las demás Dhiras y las escoltaron hasta uno de los vestuarios.

—Podréis ver lo que pasa en esta pantalla —dijo el profesor Edevane, que les había acompañado.

—¿Por qué estamos aquí? —preguntó Doria Greenberg.

—Necesitaremos que algunas de vosotras nos ayuden con la prueba.

Cuando fue el turno de Iryan, este salió a la pista desde otro de los vestuarios. Frente a él, a unos diez metros de distancia, estaban amarrados a dos postes, Enya y Zander. Uno a su izquierda y otro a su derecha. A pocos pasos de cada uno de ellos había unas jaulas de gran tamaño que se abrieron nada más llegar él. Tenía su lanza agarrada con la mano derecha y observó con temple y avanzando lentamente como dos tigres blancos salían de las jaulas. Se dio cuenta entonces de que el pelo de los dos rehenes estaba empapado y un olor a grasa animal le alertó. Los tigres comenzaron a caminar hacia sus apetecibles ofrendas e Iryan no dudó en decidir a quién salvar. Corrió hacia el tigre que cada vez estaba más cerca de su objetivo y envió su lanza a través del aire para que se clavara en uno de los eslabones y detuviera en seco la marcha de la bestia.

—¿Qué estás haciendo? —gritó Zander—. ¡Sálvala a ella!

El tigre forcejeó y consiguió soltarse, pero Iryan ya había alcanzado la cadena y tiraba de ella con ambas manos. Al otro lado se pudo ver como el tigre se abalanzaba sobre el cuerpo de Enya, que desapareció en cuanto los colmillos del animal se clavaron en la madera. Se trataba de una ilusión.

Todos aplaudieron y las cuatro puntuaciones fueron muy altas.

—¡Ha sabido ver a través de la ilusión creada por un mago experto! —explicó Dralkov a la multitud—. ¡Gran hazaña la del joven Blackburn! ¡Y ni siquiera ha dudado!

Enya había visto lo ocurrido desde el vestuario y se preguntaba cómo habría notado Iryan que su cuerpo no era real. Tras varias rondas más, fue el turno de Zander. Llevaron a Enya al centro de la pista y la ataron a un poste, esta vez, de verdad. Cuando Zander salió, vio a varias Dhiras atadas de la misma forma que Enya, pero se fue directamente con ella. Tocó su brazo para comprobar que era real y al notar que así era, suspiró aliviado. Varios gablats volaron entonces hacia ellos. Zander desenvainó su espada y la hoja comenzó a oscilar por el aire, sin acertar a ningún objetivo, pues todos eran ilusiones que se desvanecían al instante. Cuando todos los gablats hubieron desaparecido, los profesores mostraron sus puntuaciones, pero fueron bastante bajas en comparación con las de Iryan.

La Dhira de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora