Entre ruidos y risas

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[10/1/2015]

Eleanor y Enzo salieron de casa para ir al supermercado. El camino era de unos 15 o 20 minutos así que tenían tiempo de sobra para charlar.

En este tiempo hablaron de la infancia de Enzo, este le contó a la castaña que su madre había sido madre soltera toda su vida, ya que su padre los abandonó al enterarse de que su madre estaba embarazada. Enzo había pasado toda su vida en un pueblecito muy acogedor cerca de la playa en una casa de 2 habitaciones. Nunca tuvo mascotas, ya que si su madre casi no tenía tiempo para él, para una mascota menos. Desde pequeño conoce a Marcos y a Javier. Los tres juntos cumplieron el sueño de empezar una misma carrera universitaria juntos, pero esto duró poco gracias al desastre.

A los 15 minutos llegaron al supermercado, toda la comida estaba tirada por los suelos, se notaba que no eran los primeros en ir allí. Se pusieron manos a la obra buscando provisiones. Estos se separaron para hacer el trabajo más ameno. Enzo fue en busca de comida, mientras que Eleanor buscaba medicinas, productos de higiene, tiritas etc.

Mientras Eleanor buscaba una caja de ibuprofenos escuchó un ruido extraño cerca de ella. Cuando se dio la vuelta vio un ser con la piel muy amarillenta, echando sangre por la boca y muy sudoroso. Está echó a correr pero la criatura la seguía con intenciones no muy buenas.

- ¡Ayuda! ¡Enzo por favor ven y ayúdame, me está persiguiendo una cosa de esas!


Enzo al escuchar esto soltó todo lo que tenía en los brazos y fue corriendo lo más rápido que pudo a ayudar a Eleanor.

- ¡Eleanor ya voy! ¡Tranquila!

Cuando Enzo llegó a donde estaba Eleanor este le clavó la navaja que tenía en la cabeza a la criatura. Eleanor se cayó al suelo con un ataque de ansiedad del susto que había pasado, había estado apunto de ser atacada por un desbocado.

Enzo la abrazó todo lo fuerte que pudo para intentar calmarla y que parase de llorar. Al rato Eleanor se relajó.

- Tenemos que hacer lo que hemos venido ha hacer - Dijo esta.

- ¿Estás segura? Podemos venir otro día, o incluso pueden venir otros - dijo preocupado Enzo.

- Sí, estoy segura. Pero vamos los dos juntos. - sugirió la castaña.


Los dos cogieron suficientes provisiones como para una semana y media.

Mientras estaban caminando para llegar al refugio Eleanor le agradeció lo que había hecho Enzo antes en el supermercado.

- Gracias por lo de antes - dijo Eleanor

- No hay de que, para eso estamos. Aparte no iba a dejar que esa cosa te atacará - dijo Enzo riendo para intentar animarla.

- Hombre lo que faltaba - dijo Eleanor mientras se reía.


Cuando llegaron al refugio dejaron las provisiones en un rincón ya que Hazel las iba a colocar y Eleanor fue a darse una ducha para relajarse.

𝕮𝖔𝖉𝖎𝖌𝖔 𝖉𝖊 𝖘𝖚𝖕𝖊𝖗𝖛𝖎𝖛𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora