[12/1/2015]
Eran las 9:30 de la mañana y ya todos estaban en pie, menos el pequeño de la casa que seguía durmiendo como un lirón.
De repente escucharon un coche acercándose a la casa y cuando salieron a ver quien era los chicos vieron que se trataba de Alice y Elaia.
- ¡Chicos que alegría veros! - dijo Elaia.
- ¡Igualmente! Pensábamos que ibais a llegar en un par de días. ¿Cómo habéis estado? - preguntó Marcos.
- Bien la verdad. La familia de Rosa (la vecina) vino a por ella y ya nos pudimos ir. - dijo Alice
- Menos mal. Os tenemos que presentar a unas personas. - exclamó Enzo.
- ¿A quienes?¿ No estais solos? - preguntó Elaia.
- No, cuando llegamos aquí había un grupo de chicas y un niño pequeño. Pero nos acogieron aquí, son bastante majas.
- Ah vale, ¿dónde están? Quiero saludarlas - sugirió Alice
Alice y Elaia entraron a la casa y vieron a las chicas, estuvieron charlando un buen rato.
- ¿Y desde hace cuanto conocéis a los chicos? - preguntó la castaña.
- Desde que éramos pequeños, nuestros padres estaban en el mismo grupo de amigos así que cada vez que quedaban ibamos nosotros también - dijo Elaia.
- ¿Y tienes algo con alguno? - preguntó con timidez Eleanor.
- ¿Yo? Qué va - dijo riendo Elaia - Los tienes libres.
- No no - dijo riendo Eleanor con vergüenza.
Mientras estas conversaban, Débora y Hazel estaban haciendo la colada.
- ¿Qué te parecen las nuevas chicas? - preguntó Hazel
- Parecen buena gente, lo que me preocupa es el espacio y las provisiones. El sitio es grande pero se si para nueve personas es suficiente, y la comida no nos durará mucho más con tantas personas - dijo Débora
- Tienes razón, el supermercado ya casi no tiene comida. La mayoría se la han llevado y la que no se va a pudrir dentro de poco. Tenemos que hablar entre todos lo que podemos hacer. - añadió la pelirroja.
- Como mucho podemos intentar ir a cazar animales algunas personas, la escopeta de mi padre puede servir pero no tenemos muchos cartuchos. Y aparte, ¿quién sabe cazar? - dijo Débora.
- Tu sabías un poco, ¿no? - preguntó Hazel.
- Pero con una escopeta de perdigones, no con una de balas. Mi padre nunca me dejó usar la de balas. - respondió la rubia.
- Podemos practicar con la otra algún día. - dijo Hazel
- Sí, pero que no se entere Dylan que si no se va a querer venir con nosotras y es peligroso.
Al rato los chicos, Enzo, Javier y Marcos respectivamente salieron a buscar provisiones y algunos juegos de mesa y libros que le habían encargado Elaia y Alice.
Llegaron a un vecindario a unos 45 minutos caminando de donde estaban ellos. Al llegar allí se dieron cuenta de que no había ni un alma en ese sitio. Al ver esto se colaron dentro de algunas casas y lograron sacar unos 10 libros y 4 juegos de mesa. Entre ellos "Leyendas de Avalonia", el juego favorito de Dylan. También encontraron unas latas de espaguetis con albóndigas, así que ya tenían cena.
En el camino a casa pasaron por una juguetería abandonada, por lo que no dudaron en coger algo para el pequeño Dylan. Cuando entraron vieron una zona entera de playmobils por lo que cogieron unas cuantas cajas pequeñas. También vieron un scalextric así que también lo cogieron.
Al llegar Dylan se puso super feliz de ver todos esos juguetes después de tanto tiempo.
Después de la cena Dyan pidió ayuda para montar el scalextric, y Javier no dudó en ofrecerse voluntario. A Javier siempre le había gustado ese tipo de juguetes así que se pusieron manos a la obra y no tardaron mucho en acabarlo.
Cuando el benjamín de la casa se durmió aprovecharon los mayores para jugar a algunos juegos de mesa. Estos estuvieron jugando hasta casi las 3 de la mañana. Antes de irse a dormir les prepararon las camas a Alice y Elaia. Estas tuvieron que dormir en el sofá cama ya que no había camas suficientes.
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𝕮𝖔𝖉𝖎𝖌𝖔 𝖉𝖊 𝖘𝖚𝖕𝖊𝖗𝖛𝖎𝖛𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆
Science FictionEsta historia trata sobre el desarrollo de la vida de tres jóvenes en un apocalipsis zombi tratando de sobrevivir como pueden, haciendo amistades y enemistades. Ahora te toca elegir descubrir quiénes son y en qué se convertirán. Pd de las autoras: E...