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Virú, por otro lado el estaba distraído mirando hacia un lugar.

El bosque...

Eso hacía que el quisiera ir por ahí y perderse, no tener a nadie más que solo a el mismo.

Pero no quería por sus hermanos, el no quería dejarlos solos.

Algo en el quería ir y buscar aquel escondite.

Mientras estaba tan perdido en el mismo, Argentina se dió cuenta.

Argentina: Virú?...Virú...Viruuu -poniendo la mano frente de la cara de Virú, moviendola arriba y abajo, pero aquel pelirrojo no reaccionaba- VIRUUU! -sacudiendolo y este último reacciono- estás bien? De la nada te pusiste mirar al frente -preocupado-

Virú: no es nada importante, sigamos -volviendo a lo que estaban haciendo-

Argentina: seguro?...No quieres ir mejor a descansar?...Estás algo pálido

Virú: si... Mejor me voy a descansar -parandose para luego irse- fué un gusto conocerlos, hubiera deseado quedarme mas tiempo, pero ahora no me siento bien -dijo y los demás asintieron-

Estonia: no te preocupes Virú, entendemos -dijo con una sonrisa tranquila-

Bielorrusia: si Virú, lo mejor sería que vayas a descansar, mañana ya tendremos la oportunidad de conocernos mejor entre nosotros -dijo mirándolo con una sonrisa-

Rusia (M): no te preocupes, anda ve, mañana se dará la oportunidad -dijo al igual que sus hermanas-

Virú: gracias a todos por entender -dijo y se marchó de aquel lugar-

Mientras caminaba, lo mejor que pensó el era dejar de pensar e irse a su dormitorio.

Cada vez que sobre pensaba demasiado sentía que la cabeza le iba a explotar.

Cuando entró al castillo al llegar, escuchó que los padres estaban conversando, no le tomó importancia y siguió su camino, pero lo malo fue cuando escuchó como España, dijo que mató a su madre.

El no lo podía creer.

Cada vez que escuchaba la conversación.

La respiración se le dificultaba.

No podía respirar bien.

Sentía que le faltaba el aire y que en cualquier momento sentía que iba a caer al suelo.

Sus piernas temblaban y su todo su cuerpo igual.

Su cabeza parecía que iba a estallar por tanto dolor.

Un nudo en la garganta y respiración agitada.

Sentía que en cualquier momento iba a morir.

Salió de aquel lugar con su cuerpo temblando y lágrimas cayendo sobre su rostro.

Estuvo a punto de caer al suelo, pero justo vino el mexicano.

México, estaba afuera de la biblioteca esperando a que Alemania y Usa salieran para pasear por ahí en el jardín.

Por una ventana el se acercó, estaba viendo aquel hermoso lugar, pero vió a su hermano desde lo lejos en la parte trasera del castillo.

Se preocupó demasiado, bajó rápido y casi se cae, pero eso es lo que menos le importo y fué corriendo dónde el apenas salió de la cabaña.

Cuando llegó dónde el, lo sostuvo entre sus brazos y le pregunto que pasó.

Su hermano no podía responder y tampoco respirar bien.

 𝑌 𝐴𝑠𝑖́ 𝐹𝑢𝑒́ 𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 -𝐴𝑟𝑔𝑝𝑒𝑟 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora