"El amarillo se convirtió en tu sello personal, la única droga que mantendría con vida tu recuerdo en mi mente delirante, esa mente que arreglaste y arrebataste cuando desapareciste,era lo que más me atrevía a perder con tal de tenerte a mi lado; los martillazos que unirían nuestras manos ensangrentadas por aquél metal helicoidal, mi promesa infernal".
Habían pasado tres años de su último encuentro con Karan, desde entonces los sueños de Taehyung se tornaron grises, como pesadillas sin escapatoria. Cada vez que intentaba buscar a Karan entre tanta oscuridad terminaba cayendo en un profundo océano poblado por serpientes marinas que terminaban mordiendo su cuerpo hasta hacerlo añicos. El dolor en sus extremidades al despertar era casi surrealista, volviéndolo un niño indiferente para su edad, demasiado selectivo y corrosivo con los demás, casi como si una sombra solitaria lo acompañara resaltando su mirada cansada.Parecía infeliz, o bien eso percibían los demás de su apariencia, nadie lograba notar la enorme esperanza que rebosaba dentro de su corazón, ésta se encontraba escondida, preparada para salir el día en el que aquél niño de overol amarillo decidiera aparecer de nuevo frente a sus ojitos cafés.
—¡Se te hace tarde Taehyung!, tu padre te está esperando en el auto—con un tono seco su madre le recordó entre gritos sutiles. El castaño entre pasos apresurados salió de casa para subirse al auto, arreglándose el cabello en el proceso, una sonrisa se le escapó al igual que a su madre, ambos se encontraban felices por la misma razón, "no se verían el resto de la tarde", era como un sueño hecho realidad para ambos. Decir que su relación no mejoró con los años estaba demás. El pequeño aceptó su realidad aminorando cada vez más su llanto, sabía que su madre no lo amaba, en el fondo siempre lo supo, su madre no deseó tenerlo, pues la idea de tener una versión pequeña de su esposo la aterraba, más cuando no lo amaba, no lo suficiente como para querer que de su cuerpo saliera una réplica de él. Hyejin tuvo mucha suerte al nacer con la cara de su madre, ella si podría sentir el amor de dos padres felices, nunca lo sentiría unilateral, pues su padre amaba genuinamente a su madre más de lo que se amaba a sí mismo.—¿Estás listo, pequeño? ¿Ya pensaste qué guitarra tomarás?—el mayor lo cuestionó sonriente y Taehyung no pudo evitar sentirse relajado, la voz de su padre era como una canción de cuna, era como la calma y la serenidad personificadas.
—Lo estuve pensando, papi. ¿Realmente tengo que aprender a tocar un instrumento?
—Pues claro, estos años no has dejado de escuchar esa canción de Luiz Bonfá, la que tiene una guitarra melodiosa, pensé que la reproducías tanto porque deseabas aprender a tocar la guitarra, creí que ese tipo de música te apasionaba.
—De hecho, hay algo más...algo que realmente me apasiona—respondió nervioso. Su padre notó la obsesión que tenía por esa canción, "Perdido de amor", la melodía que le recordaba tanto a Karan, la nostalgia lo corrompió de nuevo con pensamientos oscuros, de nuevo ese sentimiento agrio hizo arder el hueco en su pecho, que el repentino abandono por parte del pequeño le había dejado.
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ATARAXIA © - Kookv
FanfictionSu cámara lo acompañaba muy escondida en la mochila que resguardaba su postura encorvada, mientras su mirada agobiante era cubierta por sus generosos mechones largos de cabello que lograban esconder la lujuria que tenía por aquél pelinegro brillante...