08: Idiosincrasia agasajable

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"Protegerte fue el primer impulso que no pude controlar, miré el deseo, miré la malicia, no pude parar, verlo sangrar sería la única solución, porque eres mío, porque nadie merece fantasear contigo, nadie merece desear lo que se encuentra repitiéndose constantemente en el fondo de mi mente, nadie merece arrebatarte de mi, no cuando mi corazón late explosivamente por ti, no cuando sólo yo puedo hacerte sufrir, no cuando sólo yo puedo ver las lágrimas bajando por tu hermosa cara desfigurada por mis besos y mordidas".

"Protegerte fue el primer impulso que no pude controlar, miré el deseo, miré la malicia, no pude parar, verlo sangrar sería la única solución, porque eres mío, porque nadie merece fantasear contigo, nadie merece desear lo que se encuentra repitién...

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Sin probar un solo bocado, Taehyung se sentó en la cafetería, inmerso en sus pensamientos con la mirada divagante en los estudiantes que comían con total tranquilidad, sabía que sólo le quedaban quince minutos para volver a clases, sabía que podía aprovecharlos para comer algo, pero su apetito no estaba colaborando y mucho menos su mente que no dejaba de pensar sandeces. Aquélla sonrisa espeluznante que le dedicó su tutor no dejaba de molestarle, volviéndolo un poco más paranoico, angustiandolo tras considerarse a si mismo indefenso, ser chaparro y delgado no lo volvía ventajoso si alguien quería aprovecharse de el, eso lo tenía muy claro.

Antes de que el castaño pudiera pensar en la manera de defenderse durante trágicos escenarios diferentes la campana sonó avisando que todos debían volver a sus últimas clases del día, el como buen estudiante volvió de inmediato al salón de clases, ignorando la sonrisa burlesca que le dedicó Minho al verlo, se sentó en su asiento, tratando de ignorarlo a toda costa, pues sería muy bajo para él caer en sus provocaciones absurdas.

—¿Te expulsaron?—el moreno lo cuestionó sin poder esconder su sonrisa traviesa y su mirada ilusionada—. ¿Realmente te expulsaron? ¡Pero si todavía no es mi cumpleaños como para que me den un regalo así! ¡Es verdad que los sueños se vuelven realidad, gracias mí querido Dios, padre celestial!—la exageración innecesaria en las palabras de Minho y como éste juntaba sus manos casi gritándole un "amén" en su rostro logró desquiciarlo hasta el punto de inevitablemente fulminarlo con la mirada.

—No cantes victoria tan pronto, energúmeno—con un semblante serio, casi bufón, Taehyung le respondió al moreno, borrándole al instante la sonrisa victoriosa que se había apoderado de su rostro—. No me han expulsado, seguirás viendo mi bello rostro todos los días.

—¡¿Cómo me llamaste, maldita apestosa rata de alcantarilla?!—tras elevar la voz, Minho se arrepintió casi al instante de lo que dijo, pues se ganó un regaño fuerte por parte del profesor y las miradas burlescas, casi decepcionadas, de sus compañeros ante su inmadurez.

Al ver como sus hombros se encogieron de la vergüenza, Taehyung sonrió, aguantándose una carcajada de satisfacción tras haber dejado en ridículo al moreno, pues en el fondo sabía que se lo merecía por molestarlo creyendo que no tendría ninguna consecuencia a cambio.

La ira inevitablemente comenzó a apoderarse de la mente de Minho, deseando en lo profundo de su ser hacer pagar al castaño por semejante humillación, su mirada lentamente se oscureció, decidido parcialmente a hacer algo de lo que seguramente se arrepentiría en el futuro.

ATARAXIA © - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora