En un futuro cercano al año 3000, la humanidad vive en distintos planetas de la Vía Láctea y proyecta su conciencia a través de la tecnología, escapando a las limitaciones de la materia. La aparición de un punto en el cielo, llamado Cénit de las Rea...
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Esta historia narra los hechos que ocurrieron en alguna de las infinitas realidades en la que los humanos pudieron existir. Una de esas realidades en la que la tecnología era asombrosamente sofisticada, estaba increíblemente avanzada y se hallaba temporalmente localizada cerca del año 3000. Una realidad en la que la tecnología necesitaba manipular las características de las estrellas porque en ellas se encontraban las propiedades más básicas de la ciencia.
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Todo empezó con un chico llamado Sammen, cuyo oficio era uno de muchos, pero que en la época se conocía como operador de estrellas. Desde su puesto, una burbuja virtual que navegaba por el espacio vacío, él participaba en el cuidado de que los parámetros físicos de una estrella llamada Kyna estuvieran dentro de los márgenes que la tecnología de la época necesitaba para funcionar en el seno de la galaxia.
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Un buen día, mientras estaba trabajando con total normalidad, la inteligencia artificial advirtió a Sammen que había saltado una alarma relacionada con los parámetros que estaba presentando la estrella. El incidente le pilló desprevenido, pero rápidamente se puso a analizar la información y trató de encontrar una solución.
Por desgracia, al poco rato tuvo que darse por vencido y reconocer que se sentía limitado para encontrarla.
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Incapaz de abandonar su sentimiento de preocupación, salió de su puesto de trabajo, un supercomputador con forma toroidal, y se dirigió varios puestos al lado donde se encontraba su superior jerárquico. El centro de control estaba repleto de gente, pero Sammen tuvo la inmediata sensación de que nadie había reaccionado ante ningún indicador anómalo. Él hubiera esperado encontrarse con una alarma generalizada y una ola de reacciones inquietas, pero por el contrario fue testigo de una calma ordinaria que le hizo sentirse confundido.
Comentó el problema a su superior y este le respondió con incredulidad, por lo que acto seguido ambos volvieron al puesto de Sammen para analizar la información. Efectivamente, los dos compañeros pudieron comprobar la anomalía de los datos y finalmente...
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...decidieron realizar una inmersión en el interior de la estrella para estudiar la información de manera más localizada. Navegaron a través de bosques de fulguraciones que se abalanzaban sobre ellos con furor, y descendieron por océanos de plasma que arremetían una y otra vez sobre su transporte como turbulentas capas de densidad. Atravesaron las regiones más externas del astro con el propósito de observar con atención todos los detalles de su física interna, y realizaron in situ un elaborado y detallado tratamiento de los parámetros que obtuvieron. Pero con todo ello solo consiguieron ratificar las sospechas iniciales y concluir que algo estaba funcionando mal en la estrella.
