Poco después de haber descubierto la anterior circunstancia, un equipo de reconocidos científicos se reunió para analizar la situación alrededor de una mesa ovalada en la que una holográfica representación de la estrella mostraba todo tipo de información que brillaba y danzaba por los alrededores.
—Esto es muy intrigante. Estamos registrando una inestabilidad de tendencia exponencial que, podríamos decir, pretende provocar en la estrella una muerte prematura—decían algunos de los científicos, cuyos rostros recibían continuos fulgores de la información que se intercambiaba de unos a otros.
—¡Cierto! Una inestabilidad que se propagará muchos cientos de años luz a su alrededor y que, presumiblemente, se propagará por dentro de la galaxia, afectando de este modo a otros lugares que ahora mismo se encuentran muy alejados —calcularon otros de los allí presentes, cuando las gráficas y las ecuaciones interaccionaban a gran velocidad con los algoritmos de los cuales todos ellos eran portadores.
Las abstracciones que intercambiaron los científicos se revelaron de inmediato complejas y extravagantes, pero congruentes y razonables a la vez. Lo más impactante de todo fue que estas ideas condujeron a una conclusión demoledora: se iba a producir un fenómeno desconocido que bautizaron con el nombre de "supernova cuántica", y se tenía que evacuar de urgencia a toda la población de los dominios de la estrella.
En cierto momento de la reunión anterior, Sammen, quien estaba allí presente, hizo una interrupción de su línea temporal para proyectar su cuerpo en un lugar distante en el que se encontraba un buen amigo suyo llamado Hihn, que le acababa de hacer una llamada telemática para pedirle que se vieran. Era muy habitual que las personas del futuro hicieran uso de tecnologías que les permitieran experimentar simultáneamente historias paralelas en lugares muy alejados de la galaxia, proyectándose para ello de manera instantánea en distintos escenarios y haciendo uso de los márgenes tolerables que les ofrecía la elasticidad temporal.
Su amigo Hihn estaba verdaderamente contento porque había sido seleccionado para navegar con una estación espacial a una estrella donde se iba a realizar una comunicación con los seres cuánticos, también conocidos como quantox. La comunicación con estos seres se iba a realizar precisamente con motivo de la anomalía que había sido detectada por Sammen en la estrella Kyna, esa que previsiblemente desembocaría en un fenómeno que había sido bautizado con el nombre de supernova cuántica. La idea era preguntar a estos extraños seres si tenían alguna explicación que pudieran compartir con la humanidad acerca de este desconocido episodio.
Hihn era piloto de estaciones, las cuales se usaban para navegar de un lugar a otro de la galaxia. Invitó a Sammen a ver cómo la estación que él mismo iba a pilotar era preparada para el viaje.
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El Cénit de las Realidades (versión ilustrada)
Science FictionEn un futuro cercano al año 3000, la humanidad vive en distintos planetas de la Vía Láctea y proyecta su conciencia a través de la tecnología, escapando a las limitaciones de la materia. La aparición de un punto en el cielo, llamado Cénit de las Rea...