VIII

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" Disfrutar de la Noche "

El amor es un sentimiento fuerte hacia otra persona que naturalmente nos atrae, teniendo el deseo de una unión que nos completa, alegra y da energía para convivir y comunicarnos. Pero ¿qué pasa si esa unión la quieres con tu hermano? Lo primero que pensarían las personas sería: "están mal de la cabeza". La sociedad no se acostumbraría a ese tipo de amor y te mirarían con desprecio y asco. Cualquiera que tuviera un amor juzgado por la humanidad tendría el temor y la inseguridad, y ese mismo temor lo tenía el guardia de seguridad, Larry.

"¿Esto es un sueño?" se preguntó Larry, sintiendo el apego de los labios de Lawrie con los suyos. Se estaban dando un beso y sus mejillas ardían bastante. Esta sensación nueva le estaba gustando. Los labios de su hermano mayor eran dulces como la miel y cálidos como los rayos del sol que tocan tu cara. Esta extraña sensación lo ponía un poco loquito, debido a que jamás había besado a nadie. Podría volverse adicto a los labios de su gemelo mayor.

Ambos se separaron con cuidado, abriendo sus ojos llevando un brillo resplandeciente. El amor que se tenían no era pasajero, era eterno. El mayor sonrió, después de una lucha contra este sentimiento confuso, terminó aceptando y dejando que este haga lo que tenga que hacer: florecer. El menor se sentía culpable de lo que hizo. Lo amaba con todo su corazón, pero le prestaba atención a una regla que impedía amarlo de forma libre. Bajó la mirada apenado, no quería mirarlo a los ojos.

- "Esto está mal", dijo, negando con la cabeza lentamente. No sabía si estaba haciendo lo correcto, su cabeza solo se centraba en que estaba mal. Lo que no consideraba es que él también mostraba su amor a su gemelo, solo que a su manera.

- "Larry..." Puso su mano en el hombro de su hermano menor. En su cabeza solo pensaba en la actitud de su hermano, eso lo tenía preocupado. Tenía miedo de lo que fuera a pasar después de esto.

- "¡Esto está mal! ¡Somos hermanos!" Gritó el menor con miedo. Sabía perfectamente que estaba rompiendo una regla. Su mirada se dirigió hacia la salida, dio unos pasos apresurados. Quería escapar, pero no fue así. Quedó tieso al sentir el agarre de su hermano mayor.

- "Sé que estás confundido. Piensas que esto está mal. Como hermanos, no debemos enamorarnos, porque estaríamos rompiendo una regla. Sé que te importan mucho las reglas, al igual que a mí, pero este sentimiento no lo puedo negar, y tú tampoco. Si ambos lo negamos, nos haremos daño. Lo digo porque pasó lo mismo."

- "Lawrie..."

El menor ya no sabía qué decidir. Gotas cristalinas grises salían de sus ojos celestes. Miró a su gemelo mayor con tristeza y angustia. Necesitaba ayuda y consejo de alguien. El oficial malhumorado se sorprendió. No era la primera vez que lo veía de esta manera, pero verlo así hacía que se sintiera mal. Posicionó sus manos en las mejillas del oficial alegre y, con ambos pulgares, empezó a limpiar esas lágrimas que manchaban su tierna cara.

- "No sé qué hacer, Lawrie..." Habló el menor en tono triste. "Tengo miedo, ¿y si nos descubren? ¡Estaríamos en graves problemas! Yo no quiero eso..." Un temblor recorrió su cuerpo. Estaba pisando dos partes, aceptarlo o negarlo. Se estaba presionando a sí mismo.

- "Larry... No somos como ellos. Tú y yo somos diferentes, y eso nos hace especiales." Unió su frente con la del menor, teniéndolo más cerca, notando el sonrojo del oficial alegre. "¿A quién le importa si rompemos una regla? Muchos lo hacen."

Larry quedó pensando unos minutos. El oficial malhumorado tenía razón. A nadie le importaba si rompían una sola regla. Por fuera, aparentaba no querer nada, pero por dentro, gritaba con todas sus fuerzas que sí quería algo más que solo mirarlo como un hermano ejemplar.

- "Larry, yo quiero experimentar este sentimiento contigo. Tu cálido abrazo me envuelve de paz, tu sonrisa llena de alegría que ilumina mis días y me conmueve. Tu voz es música para mis oídos, una melodía que me hace suspirar, y tu felicidad, mi mayor anhelo, pues alegra mi existir sin cesar. No importa lo que los demás opinen, nuestro amor es único y verdadero. En tus brazos encuentro mi fortaleza, y en tus ojos, un amor sincero." Confesó con un sonrojo notable.

- "Lawrie", dijo el menor sorprendido de lo que había escuchado, comenzaron a brotar lágrimas en sus ojos, sintiendo una fuerte emoción inexplicable. Estas lágrimas no eran de tristeza, era de felicidad. El momento que esperaba tanto se estaba haciendo realidad, más de lo que él imaginó. Parecía un sueño, y si era así, pedía que nadie lo despertara.

- "Perdón, no debí decir eso..." Se disculpó apartándose de él, sintiéndose un imbécil por decir esas cursis palabras que al parecer no le conmovieron al menor. Estaba muy equivocado, al contrario, al alegre le gustó.

- "Me encantó, Lawrie... yo también te amo" El de ojos amarillos lo miró sorprendido, no esperaba esas palabras. "Ya no me importa romper una regla, no me importa si los demás opinan lo malo. Lo único que me importa es... estar a tu lado, quiero experimentar este sentimiento contigo. ¿Puedo?".

El oficial malhumorado agarró cuidadosamente la cintura del sonriente, atrayéndolo hacia él. Con su otra mano libre, empezó a secar las cristalinas lágrimas que salían de su amado. Ambos rieron suavemente. El de ojos celestes posicionó sus delicadas manos en las mejillas de su querido hermano. Ambos se miraron a los ojos que seguían teniendo ese brillo hermoso. Un deseo se presentó ante ellos, queriendo unir sus labios y sentir ese calor que recorrió sus cuerpos al dar el primer beso. Larry cerró los ojos acercándose a los labios del mayor, formando un placentero beso. El mayor correspondió con gusto. Pasaron minutos desde que se separaron de ese beso, y el de ojos celestes se le veía bastante feliz.

♡ Nuestro secreto ♡ ( Larry x Lawrie ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora