Capítulo 29: La Profecía de los Astros

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En las altas torres del palacio real, los astrólogos reales estudiaban los cielos en busca de señales y presagios que pudieran guiar el destino de Egipto. Una noche, mientras observaban las estrellas en el firmamento, descubrieron una profecía estelar que llenó sus corazones de temor y asombro.

―¡Faraón Merenptah! ―llamó uno de los astrólogos, con gesto preocupado―. ¡Hemos encontrado una profecía en los astros que habla del fin de tu reinado!

Merenptah, sentado en su trono, frunció el ceño ante la noticia. Sabía que las profecías podían ser tanto bendiciones como maldiciones, y esta en particular le llenaba de inquietud.

―¿Qué dice exactamente esta profecía? ―inquirió, con voz firme pero ansiosa.

El astrólogo principal, con gesto grave, comenzó a relatar los detalles de la profecía, señalando las configuraciones estelares y los presagios ominosos que indicaban tiempos turbulentos y peligrosos.

―¡Debemos tomar precauciones, mi señor! ―exclamó otro astrólogo, con los ojos llenos de preocupación―. ¡El destino de Egipto está en juego!

Merenptah escuchó atentamente las palabras de sus consejeros estelares, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Sabía que debía actuar con prudencia y determinación para proteger a su pueblo y asegurar el futuro del reino.

―Gracias por su advertencia, mis fieles astrólogos ―declaró Merenptah, levantándose de su trono con determinación―. Tomaremos las medidas necesarias para enfrentar este desafío. Que los dioses nos guíen en estos tiempos inciertos.

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