Capítulo 14 La Reina de la Isla de los Perdidos

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Hades observó a Mal correr despavorida entre los villanos, zigzagueando entre los cuerpos, tropezando y cayendo sobre la tierra para inmediatamente volver a correr sin mirar ni por un segundo hacia atrás y él se carcajeó. Maléfica rechinó los dientes e intentó confrontarlo, pero Hades se giró a ella ardiendo.

—¡¿Cómo te atreves a interrumpirme?! —gritó él.

—¡Tú la dejaste huir, con mi Escama de Dragón! Nuestra única oportunidad de irnos de esta sucia isla ¡y se la entregaste!

—Sí —Hades se tranquilizó y de nuevo mostró una sonrisa —. Esa chiquilla... Nuestra hija, tiene un destino ya escrito.

—¡No me interesa! Estábamos a punto de ser libres, conquistar el mundo como siempre deseamos. Tú lo arruinaste.

—Ahora escúchame vieja bruja —ordenó Hades con su voz más intimidante —. Ella traerá consigo una época de dolor y agonía para todos en la isla —se rió de solo imaginarlo —. Y yo, estoy ansioso por verla hacerlo.

—¿Ahora de qué hablas?

—La siguiente vez que Mal pise la Isla de los Perdidos y su sangre se derrame sobre la arena, yo ascenderé como nuevo rey del Olimpo. Cuando mi hermano Zeus caiga, yo seré el supremo gobernante de toda la creación.

—¿Y cómo estás tan seguro?

—He trabajado por años para esto, Maléfica. Apolo me compartió uno de sus disparates que terminan siendo profecías y... Todo cobró sentido cuando terminé aquí.

—Mira quien es el loco ahora —dijo Maléfica cansada de él. Hades miró al horizonte donde se alzaban los lujosos castillos de Auradon.

—"Cuando la descendencia del mal derrame su sangre sobre la tierra de origen, el reino de las sombras se alzará para coronar a su nuevo rey. Su corazón compasivo será su guía en la oscuridad y servirá para su sacrificio, pero será su propio pueblo quien sufra bajo la tiranía, condenado por la mano que una vez los protegió" —recitó Hades en voz alta. Recordaba las palabras con exactitud pese haberlas escuchado hace décadas, incluso antes de que la Isla de los Perdidos fuera fundada y él terminará ahí.

—Lo que dices no tiene sentido.

—Lo que digas, pero ahora es mi turno de guiar a esa niña. Yo no dejaré que esto se arruiné.

—Tu tonta profecía puede referirse a ambos, incluso para cualquiera dentro de esta isla —comentó Maléfica —. Yo quería una hija para seguir mi legado como Emperatriz del Mal, tú querías una hija para gobernar el Olimpo, todos tuvimos hijos con la esperanza de destruir todo algún día. Ambos somos seres del mal y es nuestra hija.

—No. Se refiere a mí —decretó y detuvo el alboroto en la Isla de los Perdidos con un solo grito. Todos se giraron a él expectantes. Hades no salía de su cueva a menudo, su presencia era extraña pero cargada de poder y cada acto suyo marcaba un antes y después en la isla. Harriet jadeó cansada, incluso sus hermanos y los piratas se habían paralizado por las palabras de Hades —. Esta pelea es ridícula. Deténganse ahora.

Maléfica ardía de rabia, pero sabía que no podía contradecir a Hades, la Isla de los Perdidos le temía más a él que a ella. Los antihéroes trataron de huir mientras Hades hablaba, pero sus fieles sirvientes del inframundo los encerraron y amarraron. Los padres de los antihéroes estaban listos para cobrar venganza contra sus traidores hijos, pero de nuevo Hades intervinó.

—Esos niños ya no son suyos. Me pertenecen y si lastiman a alguno de ellos se las veran conmigo —dijo y bajó para verlos. Diez antihéroes fieles a Mal y sus amigos. Ella querrá salvarlos "Su corazón compasivo será su guía en la oscuridad y servirá para su sacrificio, pero será su propio pueblo quien sufra bajo la tiranía" recordó —. Pena, Pánico, llevense a estas pobres almas desgraciadas.

Los dos diablillos asintieron y empujaron a todos los antihéroes hasta que desaparecieron de la vista.

—¿Entonces se acabó? —preguntó CJ.

—Eso parece —se quejó Uma guardando su espada en la funda de nuevo.

—¿Y quién es la Reina de la Isla de los Perdidos?

—Maléfica todavía —refunfuño Uma, pero antes de que Hades se marchara, apareció Úrsula entre la multitud —. Es mi mamá ¿qué hace fuera del restaurante?

—¡¿Y tú qué tienes que decir, Maléfica!? Otro de tus brillantes planes fracasó y todos fuimos humillados de nuevo —exclamó Úrsula destruyendo la mayor parte de la plaza con sus tentáculos mientras se acercaba a Maléfica.

—¡Sí, hemos vivido bajo tu mandato por veinte años y no logramos nada! —dijo Yzma alzándose.

—Estábamos muy asustadas de una hada loca que no es la mitad de lo que fue alguna vez, pero ya no más —acompañó la Reina Malvada.

—Una niña estuvo más cerca de conquistar Auradon que tú —Madre Gothel se levantó también y miró a Uma por un segundo —. Propongo que alguien más se ponga al frente.

—¡Insolentes! ¡¿Ya se les olvidó quien soy?! ¡Yo soy Maléfica, La Emperatriz del Mal, Dueña de las Tinieblas! Yo ya había hechizado cada reino del mundo antes de que cualquiera de ustedes hubiera nacido —escupió con una mirada fría del verde más intenso.

—Ya es hora de que te jubiles entonces —dijo Madre Gothel. Úrsula atrapó a Maléfica y la lanzó al lodo. Cualquier otro día habrían temido por sus vidas, pero ahora Maléfica había perdido todo el respeto de la Isla de los Perdidos. Solo era temida por sus proezas de antaño, ahora que solo era un hada vieja y débil como cualquiera ya no tenían por qué obedecerla.

—Hades debería ser nuestro líder —gritó Gastón.

—Nah, tengo mejores cosas que hacer —Hades finalmente se retiró y empezó otra pelea.

—¡La Reina Malvada tiene experiencia, debe ser la reina! —gritó alguien.

—¡Shan Yu ha comandado ejércitos, hay que hacerlo el rey! —gritó otro.

—¡Úrsula es la más poderosa, ella debe gobernar!

—¡Alto! —ordenó Scar, quien ahora era un viejo león apenas con la fuerza para seguir moviéndose —. Ninguno de nosotros debe tomar esa corona —dijo despacio —. Sé lo que les digo, porque en poco tiempo todos ustedes serán tan viejos y débiles como yo y el peso sobre sus cráneos será demasiado y caerán del trono solo para que otro idiota igual lo haga.

—¿Qué propones tú, Bigotes? —Gastón preparó su hacha. Scar giró los ojos. Gastón seguía siendo de los más fuertes de la isla, pero los años no habían sido del todo amables con él. Canoso, con barriga y un estruendo en sus huesos con cada movimiento. Igual Shan Yu, quien seguía siendo musculoso, pero su cuerpo no resistía como antes. La Reina Malvada, obsesionada con la belleza no podría gobernar con claridad, Madre Gothel igual. Maléfica ya no era una opción tras todas las decepciones que había provocado. Scar temía a la respuesta, pero era lo mejor.

—Nuestro tiempo ha terminado. Le toca a los jóvenes —Scar se encaminó hasta Uma jadeante —. Uma, hija de Úrsula, es quien más cerca de la meta ha estado, en una noche logró lo que nosotros no hemos hecho en veintiún años. Ella debería ser la nueva Reina de la Isla de los Perdidos y guiarnos hasta nuestra bien merecida venganza.

Uma no reaccionó por un minuto, pero cuando vio a los villanos estar de acuerdo con Scar reconoció su deber. Ahora reposaba sobre sus hombros la misión de conquistar Auradon, destruir a Mal y gobernar el mundo.

—Prometo no decepcionarlos —juró con orgullo. La isla festejó tener una líder competente. Maléfica, aún cubierta de lodo se retiró y se decidió a demostrar porque era llamada La Emperatriz del Mal.

La reina de la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora