ᴜɴᴀ ᴄᴀᴏ́ᴛɪᴄᴀ ғᴀᴍɪʟɪᴀ [ʀᴇᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ]

dos

"PASTEL ENTREGA... BUENO, CASI ENTREGADO"

Lo días son usualmente caóticos, en su mayoría, pero hay días en los que las cosas pueden están bastante tranquilas, aunque esa no fue la ocasión, terminaron en la delegación en menos de dos semanas y como ya era costumbre para el rubio le contó todo a su adorado hermano mayor.

Quien sin dudar escuchaba cada una de sus palabras, aún si es a través de una llamada. Pues el mayor se encontraba con su pareja en esos momentos y aún así su hermanito no dejaría de ser la prioridad, por lo que lo escucharía sin problema.

—Y entonces eso fue lo que pasó —termina de relatar Denki, dándole de comer a su mascota, una bella lorita.

—Dios, la próxima vez me pueden llamar a mi a este paso Touya perderá su trabajo —comenta el rubio mayor soltando un pequeño suspiro.

—Bueno, el tampoco se negó a venir —murmura el menor y se encoge de hombros—. ¿Viste que llegaron nuevos vecinos? —pregunta con cierta emoción cambiando drásticamente de tema.

—Si. Vi que una camioneta de mudanza estaba llegando antes de irme —Mirio asiente a pesar de saber que el menor no puede verlo.

—¿Crees que habrá algún chico lindo? —inevitablemente sonríe al pensar en la idea.

—Den —le llama enodo de advertencia.

—Ya, ya, no dije nada —rie bajito—. En fin, iré a ver si Shoto ya volvio, adiós —se despide y corta la llamada justo después de recibir un adiós.

Guarda su teléfono en su bolsillo, se despide de su mascota y sale de la casa, yendo en busca de su mejor amigo, pero en el camino se encontró con Kirishima que justo iba para lo mismo, el pelirrojo fue a ayudar a su madre con algunas cosas que este le pidió.

Justo cuando llegan frente a la casa de los Todoroki el auto de Touya se estaciona, Shoto baja con un hermoso pastel de chocolate en las manos, sin decir más el mayor se va a toda prisa.

—¡Pastel! —exclama el rubio acercandose rápidamente.

Pero Shoto reacciona rápidamente y alza el pastel lo más alto que puede, el rubio mira a su amigo con un puchero.

—Denki, no. Touya me mata si no lo entregó —dice frunciendo levemente el ceño.

—Pero, Sho... —Denki lo mira con ojos de perrito, sabe que eso siempre funciona con los hermanos Todoroki.

—Tenemos que llevarlo a los vecinos —sentencia Shoto sin caer ante esos ojos.

Bueno... Casi siempre funciona.

—¿A dónde fue Touya? —pregunta Kirishima una vez que el par termina su pequeña discusión.

—A su trabajo —el bicolor se encoge de hombros.