cinco

120 13 3
                                    

"UNA NARIZ ROTA"

Natsu se encuentra acomodando las cosas en aquella tienda de mascotas, había llegado mercancía nueva y su jefe le ordenó mantener todo ordenado, una vez que termina con su trabajo sonríe satisfecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Natsu se encuentra acomodando las cosas en aquella tienda de mascotas, había llegado mercancía nueva y su jefe le ordenó mantener todo ordenado, una vez que termina con su trabajo sonríe satisfecho.

Escucha la campana indicando la llegada de un nuevo cliente, suspira y vuelve al mostrador.

Observa como un chico de cabellera oscura está mirando a una de las mascotas más exóticas que tienen allí, una preciosa serpiente albina, tan rápido como el chico deja de admirarla se acerca a él.

Es entonces que finalmente puede verlo, es el chico más hermoso que alguna vez vio, bonito cabello negro y ojos color rubí, su piel es palida, nunca antes había visto a alguien tan bonito como él.

—Quiero esa serpiente —la voz del chico lo saca de sus pensamientos, parpadea un par de veces.

Sin estar en sus cinco sentidos suelta sin pensar: —Y yo quiero tu número.

—¿Eh?

—¡Ah! —grita algo asustado al caer en cuenta de lo que dijo— ¡Quiero decir! Por supuesto, pagarás en efectivo o con tarjeta —dice el albino con una sonrisa nerviosa en el rostro, acaba de hacer el ridículo, ese bonito chico debe pensar que es un tonto.

Pero entonces escucho un sonido muy lindo; su risa.

—No me molestaría darte mi número también —dice el chico con una sonrisa coqueta—. Y pagaré con tarjeta.

Natsu no puede evitar sonrojarse ante lo que acaba de pasar, rápidamente le da un formulario para llenar, mientras que el contrario comienza a hacerle algunas preguntas sobre el animal, preguntas que responde sin ningún problema.

El chico bonito termina de llenar el formulario y le pasa su tarjeta, Natsu cobra y luego con mucho cuidado se encarga de entregar a la serpiente a su nuevo dueño.

Quién se da la vuelta para irse, pero se detiene y voltea a verlo: —¿Tienes buena memoria? —pregunta mirándolo detenidamente.

—¿Ah? Si —ladea la cabeza algo confundido.

El contrario sonríe y seguido de eso comienza a decir unos números, para luego soltar un "llámame" y así finalmente marcharse del lugar.

El albino se queda congelado por unos momentos sin comprender que es lo que acaba de pasar, para cuando se da cuenta, los números se habían esfumado de su mente.

Derrotado se deja caer de rodillas, su buena memoria le ha fallado y las probabilidades de volver a encontrar a ese chico... Son nulas.

Tiene peor suerte que Shoto y Touya juntos, y eso que la suerte de esos dos no es mejor que la suya.

La vida apesta.

Es un día tranquilo, Touya llevo a sus hermanos a los lugares que necesitaban y al ser su día de descanso no había nada mejor que hacer, así que decidió preparar la comida para sus hermanos que llegarán pronto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es un día tranquilo, Touya llevo a sus hermanos a los lugares que necesitaban y al ser su día de descanso no había nada mejor que hacer, así que decidió preparar la comida para sus hermanos que llegarán pronto.

Muere por saber cómo le fue a su adorado hermanito, varias horas atrás el menor le mando mensaje pidiendo ayuda para acercarse al chico que le gusta y como buen hermano le dió la idea de un piropo para decirle a esa persona, ahora solo esperaba que las cosas hayan salido bien.

—¡Touya! —voltea al escuchar aquella voz familiar.

—Ugh, pensé que hoy no ibas a molestar, Keigo —rodo los ojos y nego un par de veces.

—Sabes que te encanta tenerme cerca —se burlo el rubio y lo abrazo por los hombros—. ¿Qué cocinas?

Touya se tenso por unos segundos al tener a su amigo tan cerca, sintiendo su respiración en su nuca, lo que le provoca un escalofrío por la columna, aunque claramente pudo disimular todo aquello, no es la primera vez que se sienta de esa forma cuando él estaba a su alrededor.

Estar enamorado de su menor amigo es algo difícil, realmente difícil.

—La comida favorita de Shoto —dice concentradose en lo que hace, tratando de ignorar la cercanía del rubio.

—¿Algo importante? —pregunta alejándose y sentándose en una silla para ver mejor lo que su amigo hace.

—Bueno, hasta donde se planea decirle un piropo al chico que le gusta —explica ladeando levemente la cabeza—, así que preparo soba, no importa cuál sea el resultado, esto lo va animar.

—Oww, el pequeño Shoto se ha enamorado y no de un Idol —el contrario suelta una risa.

—Sabiamos que en algún momento iba a pasar —Touya niega un par de veces.

Keigo solamente continúa riendo, ambos comienzan con una charla, más que nada sobre los nuevos vecinos que habían llegado, por su puesto, al ser personas nuevas son llamativas.

Escuchan la puerta abrirse y seguido de eso la voz de uno de sus hermanos menores, a continuación ve a Natsu entrando a casa arrastrando los pies, como si hubiese pasado por lo peor de lo peor, Keigo y Touya se miran, en un intercambio de miradas el rubio es el primero en hablar.

—¿Por qué pareces perro atropellado? —pregunta alzando una ceja.

—Es que... Conocí a un chico muy lindo, me dijo su número, pero quedé tan embobado que lo olvide —se lamenta con un puchero.

—Pense que tenías memoria fotográfica —Keigo ladea la cabeza confundido.

—Bueno, evidentemente esa memoria solo capturó la belleza de ese hermoso y desconocido chico —se queja con un puchero.

—No seas llorón, seguro volverás a verlo —Touya rueda los ojos y le sacude el pelo a su hermano.

Antes de que alguno diga algo, un ruido llama la atención de todos, Touya mira a su hermano menor, quien suelta un suspiro al comprender lo que quiere, sin decir nada sale de la cocina y va a ver qué es lo que está pasando.

Unos segundos después se escucha la puerta principal ser abierta y unos pasos acercarse a la cocina, Touya voltea con una sonrisa al saber que se trata de su adorado hermanito Shoto, aunque su sonrisa se desvanece la nariz de su hermano.

—¿Qué te paso en la nariz, pequeño Shoto? —Keigo es quien decide hacer la pregunta que el quería hacer.

—Un balón de béisbol se estrelló contra ella —dice con una voz graciosa, el menor se acerca a buscar sus galletas favoritas.

—¿Eso significa que el piropo no salió bien? —pregunta Touya con una pequeña mueca.

Shoto negó. —Uno de sus hermanos me arrojo el balón, cuando ví sangre me desmaye y cuando desperté estaba en la enfermería —explica comiéndose su galleta.

—Oh, ¿Algo más que contar? —pregunta con curiosidad.

—Bueno... Mi mala suerte no quedo allí, me toco hacer un trabajo en pareja con la persona, una de las personas, que me rompió la nariz —escucha el suspiro de su hermanito.

Touya se acerca a él y le sacude el pelo con cariño, pero antes de poder decir algo Natsu aparece en la cocina nuevamente, solo que no venía solo.

—Miren, encontré una oveja —exclama señalando al animal.

—¿De donde sacaste esa oveja? —cuestiona Keigo mirando al animal de extraño pelaje verde.

—Del jardín, estaba comiendo las verduras de papá —dice encogiendose de hombros.

—¿Las ovejas comen galletas? —pregunta Shoto al mismo tiempo que se acercar a darle una al animal.

—¿Para que preguntas si de todos modos se la vas a dar? —cuestiona Keigo alzando una ceja.

Touya suelta un largo suspiro y decide terminar de preparar la comida, cuando su padre llegué y vea a ese animal... Solo espera que no cometa ovecidio.

ᴜɴᴀ ᴄᴀᴏ́ᴛɪᴄᴀ ғᴀᴍɪʟɪᴀ [ʀᴇᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora