Capítulo 3.

35 5 3
                                    

[Heemang, Corea del Sur.]

El sol del atardecer pintaba de tonos cálidos el paisaje de la hacienda mientras Chaewon caminaba por los senderos de tierra. El sobre arrugado en su mano era como un peso en su corazón, una carga que apenas podía soportar.

Sabía que dentro de ese sobre estaba la carta que había esperado con ansias, la carta de su amada, la mujer que le había prometido un futuro juntas, un futuro lleno de amor y esperanza. Pero ahora, en el fondo de su alma, algo le decía que las noticias que contenía no serían buenas.

Con manos temblorosas, Chaewon abrió el sobre con cuidado, como si temiera lo que encontraría dentro. Sacó la carta doblada y desplegó el papel con un suspiro tembloroso. Sus ojos escanearon las líneas escritas con desesperación, buscando algún atisbo de esperanza, pero lo que encontró fue un golpe devastador a su corazón.

«Querida, Moon Chaewon.

Escribir esta carta me es más fácil que para ti leerla, pero tengo de decirte la verdad, ya no puedo ocultarla más.

A tu lado nunca me sentí mujer, deberías agradecerme por tenerme a tu lado más de un año, intenté sentirme atraída por ti, pero a pesar de eso, no llenas el espacio que un hombre de verdad lo haría. Sí, físicamente podrías serlo, pero, seamos sinceras, es aberrante tu condición.

Simplemente asqueroso.

Pero, además de eso, sabes que estuve embarazada, iba a tener un hijo tuyo, no lo iba a permitir. Porque, no perdí al bebé por "circunstancias inesperadas" como te conté en mis anteriores cartas.

Yo lo aborté. Es que tenerlo, ¡ay no! Imagínate si salía igual de rarito que tú, Chae. Pobrecito. Pero, lo siento, es la verdad.

Ah, y ni se te ocurra venir a Seúl a aclarar las cosas, me vería en la penosa necesidad de mentir y sería demasiado humillante para ti someterte a una situación así.

¿Quién le creería a una muerta de hambre como tú?

Mejor felicítame, voy a casarme con un hombre de verdad, un hombre rico y con valores, con alguien que sí pueda complacerme en todo lo que me merezco.

Por cierto, tú dinero se perdió, no salió bien el negocio, realmente es una lástima ¿no?

Adiós para siempre y que Dios te bendiga.

Posdata: Por favor, destruye esta y todas mis cartas, pórtate como la mujer honorable que siempre intentaste ser.

Firmado, K. Y.»

El mundo de Chaewon se desmoronó a su alrededor. Las lágrimas brotaron de sus ojos sin control, empañando las palabras escritas en la carta. La desesperación y el dolor se apoderaron de ella, envolviéndola en una tormenta de emociones abrumadoras.

¿Cómo podía su amada haber tomado una decisión tan cruel, tan egoísta? ¿Cómo podía haber destruido todo lo que habían construido juntas en un solo instante?

—Maldita seas... —susurró para sí misma, temblando de coraje. —Abortaste a mi hijo... ¡mi hijo!

Chaewon se dejó caer de rodillas en el suelo, sintiendo el peso del dolor aplastándola. El viento susurraba entre los árboles, como si quisiera consolarla, pero sus palabras caían en oídos sordos. Todo lo que Chaewon podía escuchar era el eco de su propio sufrimiento, resonando en el vacío de su alma.

Chaewon recordó los momentos felices que había compartido con su amada, los sueños que habían construido juntas, la promesa de un futuro lleno de amor y alegría. Pero ahora todo eso se había desvanecido, como un castillo de arena arrasado por las olas del mar.

❝La Mentira❞ ❲moonsun❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora