Lo mejor de lo mejor

251 23 11
                                    

Capitulo 4

Los segundos pasaban, convirtiéndose en minutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los segundos pasaban, convirtiéndose en minutos. Finalmente Vox se calmo y se limpio con sus mangas las lagrimas que aun recorrían por sus ojos. Se alejo despacio del demonio que aun lo sostenía. Se sentía reconfortado, como si por aquellos cortos segundos hubiera descargado un gran peso que llevaba.

Visualizo el nuevo entorno; no tenía idea de donde estaba, pero parecía estar dentro de una casa pintada de un color besh oscuro, habían muebles con diferentes objetos perfectamente ordenados, una estantería en una de las esquina, a un lado de el había un juego de sofás rojos vino que convinaba con las paredes, todo indicaba que estaba en la sala de aquel hogar.

Miro a Alastor y entre abrió la boca, quería preguntarle donde estaban, pero no hubo necesidad de hacerlo porque Alastor había notado la confusión del demonio al observar a detalle el lugar.

—He pensado en hacer algunas remodelaciones tal vez pintar las paredes ¿Qué color crees que quedaría bien?

—Depende, ¿Piensas remodelar únicamente el color de las paredes, o te desharás de algunos muebles para darle espacio a nuevos? es importante que los muebles convienen con su entorno

—Concuerdo contigo —Algo en la cabeza de Vox hizo clic

—Espera, ¿Acaso tu vives aquí?

—Vivia en no no-vida —Corrigió, dejando a Vox pensando por lo ultimo, era extraño estar vivo en el infierno sin estarlo— Desde que soy el anfitrión en el hotel Hazbin no he tenido la necesidad de estar aquí

—¿No me digas que pasaste encerrado aquí durante estos últimos siete años? —Bromeo mientras una ligera risa se le escapaba, risa que se detuvo por el silencio de Alastor que solo lo miraba de reojo —¿Verdad?

—Puede que si, puede que no

—¿Alastor? ¿Estuviste siete años aquí encerrado? ¿Y solo?

—Para mi es lo suficiente acogedor para quedarme otros siete años 

—¿Porque?

—Cuando la mente esta hecha un caos, es mejor ir a un lugar donde puedas controlar aquel desastre para que no se salga de control

—¿Por que desapareciste siete años sin siquiera despedirte? —De cierta forma, la platica que tenían se relacionaba a la pregunta. Voz miro a Alasto esperando una respuesta, este solo lo miraba queriendo habar, decirle el porque, pero no respondió lo que Vox hubiera querido

—¡Iré a poner agua la estufa! Se me antojo tomar una taza de té acompañada de galletas, ¿Quieres? 

Lo miro por breves momentos, suspiro y asintió

—Si, me gustaría —Alastor salió de la sala dejando solo, se sentó en el sofá que estaba detrás suyo y suspiro, hacerlo hablar era caso perdido, si insistía demasiado Alastor podría ponerse a la defensiva, no quería eso.

No Tan CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora