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Aurora
— José será tu maestro por un tiempo Aurora, el es el mejor en caballos, verdad?
— Así es su majestad, me enorgullece poder mostrarle mis habilidades con el corcel.
— Muchas gracias. - sonreí.
José fue por mi caballo en ese momento Sybilla me advirtió que el el Rey siempre salía a tomar algo de aire a estas horas así que tuviera mucho cuidado.
Con el curso de los minutos yo ya estaba en mi caballo y José en el suyo.
— Usted sabe saltar obstáculos mi señora?
— No, solamente hacer que camine - exprese con pena ya que no sabía nada más.
— No se preocupe, usted tome las riendas de esta manera y cuando quiera que el corcel salte agachece y jale las riendas.
Lo intente pero no logré que el caballo corriera.
— Con su permiso. - dijo y tomó mis manos para ayudarme a tomar las riendas correctamente.
En ese mismo instante logro ver a Balduino con Tiberias y tres guardias. Disimule y seguí con mis clases sin embargo no se marchaba. Veía como le decía algo a Tuberias y este asintio hasta que finalmente Balduino se fue y Tiberias se nos hacerco.
— Mi señora, es hora del almuerzo y la esperan en el salón. - asenti y me baje del caballo. — José no tiene permitido estar de esta manera con su reina! - dijo enojado.
— Yo le dije a Sibylla que me consiguiera al mejor jinete para que me ayudara a aprender Tiberias, José no ha echo nada malo.
— En ese caso el mejor jinete es su esposo el rey.
— Lo sé, pero el se a negado en ayudarme así que José por ahora es mi maestro, espero no cause molestias.
— Para nada! - dijo y se fue.
Le agradecí a José y camine hasta el comedor donde me senté al lado del rey y al frente de Sybilla.
— Como te fue en las clases Aurora? - pregunto mi cuñada con una mirada cómplice.
— De maravilla, José es el mejor jinete que pude aver encontrado.
Note como Baldwin me miraba de reojo pero no sabía si estaba molesto o no.
Sin tocar más el tema seguimos comedido hasta que finalizamos pero antes de retirarnos hable.
— Baldwin le quisiera pedir algo...
— Dígame.
— Quiero su permiso para cambiar de dama - dije con Sibylla presente.
— Eso por que? Le ha echo algo?
— No! Simplemente no me da la confianza plena para que sea mi dama
— Las damas no son juguetes Aurora, Ester es la mujer que más confianza le tengo y por eso se la entregue - dijo con molestia. — Ester no le ha echo absolutamente nada para merecer ese trato suyo.
