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Baldwin
Me encontraba en mis aposentos terminando de firmar unos documentos hasta que mis ojos chocan con mi mano la cual nunca llego a tener daños de lepra, luego miro la otra donde tengo mis dedos aun pero muy maltratados por las yagas.
Sin pensarlo, tomo el pequeño cuchillo que tenía en frente y lo clavo sin pensar, normalmente nunca sentía nada, pero esta vez gruñi por la sensación que tenía en el olvido, me había dolido.
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Aurora
Hoy en Jerusalén llovía como nunca, el frío se apoderó del palacio y me vi obligada a quedarme en mis aposentos tratando de calentarme un poco.
— La reina desea que le traiga un poco de té? - asenti.
— Trae uno para ti también Maria, este frío está terrible. - dije mientras movía mis manos en mi cuerpo tratando de calentarme.
— Si señora.
Me preguntaba como estaba Balduino con el frío, eso le afectará o algo así? Mientras Maria llegaba con mi té quise ir a visitarlo, toque la puerta pero nadie respondió, así que entre en silencio y lo vi ahí, mirando a la nada.
— Balduino? Estas bien?
— Si, que necesitas? - dijo volviendo a la realidad.
— Hace demasiado frío, por que no descansas? Puede afectar el proceso del tratamiento. - me calle al instante.
— Como... como sabe que llevo un tratamiento? - se hacercaba mucho a mi con la intención de intimidarme.
— Bueno... es obvio, no?
—Mjmm - dejó de caminar hacia mi y se acostó en su cama soltando un suspiro.
— Me retiro... - dije, tal vez estaba muy cansado.
— Nono, ven conmigo . - Me sorprendí, el quería que me acostarás con el cuando hace in tiempo me echo de sus aposentos.
— Ahh, yo le avia pedido un té a Maria, iré por el primero, usted desea uno? - el negó.
