0 4

2.1K 186 20
                                    

Aurora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aurora

Desearía adelantar el tiempo para poder ver si el tratamiento le ayudará a Balduino pero ahora iba a sus aposentos seguramente para regañarme por lo de ayer.

— Su majestad me llamo? - dije una vez adentro.

— Así es Aurora, siéntese- señaló la silla que estaba frente a él, nos dividía la pequeña mesa donde jugaba ajedrez. — Juega? - negué.

— Mi padre antes de morir me avia prometido enseñarme pero por obvias razones no paso.

— Lamento eso, pero la he llamado para que me diga por qué ha salido dos veces al pueblo y sin mi autorización.

Como supo que fueron dos veces?

— Disculpe por la molestia, pero la primera vez fui... por unas telas que necesitaba para un vestido, la segunda también por que nos olvidamos de unas medidas... nunca fui sola, siempre con Maria y los guardias.

— Miente... - dijo seguro mientras se acomodaba en la silla y se apoyaba en la mesa para tenerme más de frente, ese acto logró ponerme nerviosa. — Recuerde que la conozco desde niños y sé cuando miente, lo veo en sus ojos.

— Déjeme decirle que no parece que nos conocemos de niños... - dije con dureza, quería saber por qué me hablaba así. — Porque me trata como una desconocida, alguien que odia por se obligado a casarse.

— Jamás la odiaría, es mi esposa...

— Claro! Una esposa no deseada, no soy estúpida. - el me miro sorprendido por vocabulario. — Tengo dieciocho años, cualquiera a mi edad desearía ir al pueblo a buscar vestidos pero yo ni siquiera puedo hacer eso por que tomaria riesgos.

— Es una edad perfecta para comprender cuál es su papel en Jerusalén.

— Usted tiene veintidós años, alguna vez le ha interesado ver que hay más allá del pueblo de Jerusalén?

— No. - dijo firme, me estaba cansando.

— Si usted tendría la palabra de decir si o no a nuestro matrimonio, que diría? - el miro el tablero y finalmente hablo.

— Tenia dieciseis cuando logre una gran victoria, en ese momento pensé que viviría cien años, ahora se que no llegare ni a los treinta, necesito una reina a mi lado en estos años para seguir la tradición de todos los reinos, cada uno necesita de su Reina.

— Eso no responde mi pregunta, lo haría si o no?

— Déjeme hacerle la misma pregunta a usted, se casaría con un leproso? - no pensé en mi respuesta por que la tenia clara.

— Si. Si fuera usted me casaría y no me importaría que fuera leproso, por que es un hombre fuerte, valiente y sabio, algo que muchos hombres no tienen.

Balduino no supo que decir y su silencio me respondió mi pregunta.

— Ya me dejo bastente en claro que usted ni se le pasa por la cabeza tratarme como su esposa o verme como tal, seguramente hasta prefiere que Ester lo sea, ya que ella no es una inmadura como yo. - me levante y camine hasta la puerta.

𝐿𝑂𝑉𝐸 𝑂𝐹 𝑌𝐸𝐴𝑅𝑆 || ᵇᵃˡᵈʷⁱⁿ ⁱᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora