♡ 𝕆𝕟𝕖 𝕂𝕚𝕤𝕤 ♡ 𝕎𝕠𝕟𝕥𝕠𝕟 ~ 𝔸𝕟𝕨𝕠𝕟

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Fue inevitable la mueca que hizo cuando la estilista giró la silla y se miro en el espejo del salón. Amaba como se veía con el cabello rubio y largo, lo hacía sentir bonito. Pero, las consecuencias de haber pasado por ese tono comenzaron a notarse, por ello tuvo que volver al negro y cortar un poco su cabello.

Sabe que no se ve mal, de hecho, luce bastante atractivo, pero, igual lo ponía un poco triste haberse despedido de su larga cabellera rubia.

— ¿Y bien, cariño? ¿Te gusta? — preguntó la estilista, sonriente a través del espejo.

Wonbin le sonrió un poco y asintió.

— Si, noona. Muchas gracias.

La señora le pellizco suavemente la mejilla cuando se puso de pie.

— Sé que amabas tu cabello largo, cielo. Pero, el daño por decolorarlo se estaba comenzando a notar.

— Lo sé, noona. Era un mal necesario.

Ambos compartieron una pequeña risa y Wonbin se despidió de la estilista cortésmente, era la única con la que se sentía cómodo de confiarle su cabello. Salió de la empresa y se subió al auto que lo llevaría al dormitorio, soltando un bostezo durante los minutos de viaje.

Sus episodios de insomnio han sido una constante en su vida diaria, ni porque se tome un millón de tazas de té de manzanilla para poder dormir tranquilo o siquiera conciliar el sueño, no lo logra. Lleva, incluso, evitando dormir con Anton desde hace dos semanas para no mantenerlo en vela también debido a que se mueve mucho tratando de caer en los brazos de morfeo. Anton accedió a regañadientes, usando como pretexto ir a la habitación que ahora comparte con Sohee para asegurarse de que todo estaba bien... Solo para invadir su cama y quedándose despierto con él hablando de miles de cosas y contándole cuentos que inventa al momento solo para ayudarle a dormir.

El recuerdo lo hace reír un poco, por descabellado que parezca, eso le ha estado funcionando y le ayuda con sus episodios de insomnio. Sentirse cómodo y relajado entre los brazos de su gigante novio, sus besos en su mejilla y en la frente que eran resultado de alguna anécdota que los involucraba a ambos o simplemente por un ataque de cariño repentino, escucharlo cantar SU canción especial con tal de hacerlo dormir con una sonrisa en el rostro.

Se quiere pegar un puñetazo, el plan de "no molestar a Anton con mi insomnio" le salió totalmente al revés, el golden retriever que tiene por novio más bien lo ha ayudado mucho y le ha dejado más que claro que no era una molestia para él y no le importaba pasar la noche en vela con tal de acompañarlo y ayudarle a dormir.

Marca el código de seguridad al llegar al dormitorio, soltando un pequeño bostezo cruzando el umbral, sonríe cuando escucha el alboroto en la sala de estar. Los chicos estaban reunidos alrededor de la mesita de centro jugando jenga, unas cuantas latas de cerveza y bolsas de snacks en el suelo.

El primero en notar su presencia fue Shohei, quien tenía a su "muy serio" Eunseok hyung sentado en medio de las piernas mientras lo abrazaba por la cintura.

— Hola, hola. — le dijo el chico con su típica voz grave pero dulce. Susurrando.

— Hola, hyung. Un gusto verlo. — le correspondió, acercándose a la mesita viendo como Seunghan se preparaba para sacar un bloque de la torre. Que ya se veía inestable. — ¿Cuanto a que la derrumba?

— Shh, hyung! — le reprendió Sohee por lo bajo.

Soltó una pequeña risa y le hizo señas Shotaro preguntándole por Anton, ya que era el único que no se encontraba ahí. El mayor señaló el pasillo y susurró por lo bajo que estaba en el balcón. Wonbin asintió e ignoró la almohada que le lanzó Sungchan al pasar junto a ellos.

— ¡Te cortaste el cabello! — gritó Jung y la consecuencia fue exaltar a Seunghan haciendo que la torre se cayera.

El grito colectivo lo hizo largar una carcajada.

Se abrió dos botones de la camisa mientras caminaba al balcón, abriendo un segundo la puerta de la habitación donde dormía Anton para lanzar la mochila a la cama del menor. Es más que un hecho que va a volver a dormir con su cachorro gigante, claro está.

Anton se encontraba con los auriculares puestos y con su laptop en las piernas. Se acercó lentamente, dejando un beso sobre su cuello y pasando los brazos por sobre sus hombros.

— Honey, you scared me. — le dijo el peli castaño con voz risueña y dulce. Dejando un beso en el dorso de su mano mientras cerraba la laptop y se giraba a mirarlo. Abriendo sus ojos con sorpresa. — Oh, lo cortaste.

Wonbin mordió su labio inferior con visible nerviosismo. Un bicihito de inseguridad alterando su sistema.

— Me... ¿Me veo mal?

Anton frunció el ceño y ladeo la cabeza, luego sonrió. Dejó la laptop a un lado junto con los audífonos y lo jaló de la mano hasta hacer que quedará sentado en su regazo.

— ¿He dicho que te queda mal o algo así, bebé? — Wonbin negó suavemente, cerrando sus ojos cuando Anton acarició su mejilla. — Te ves hermoso, muy hermoso. Solo que no me lo esperaba. — ríe, dejando un beso en su mandíbula.

— Yoorim noona dijo que se me estaba notando un poco lo maltratado que tenía el cabello, así que... — explicó, señalando sus hebras oscuras y cortas.

— Entiendo. Y no te queda para nada mal el cambio, bebé. You look so pretty, sea como sea. — Anton sonrió, abrazando su estrecha cintura y ocultando su rostro en la clavícula del mayor, dejando un pequeño mordisco que lo hizo reír. — Sabes? Te ves igual que el día que te conocí.

— ¿Si?

— Ujum. Me deslumbraste desde el primer instante en que te vi. — Wonbin se sonrojo, sonriendo tímidamente. — Incluso le pregunté a Taro hyung si sabía tu nombre. Parecías un ulzzang famoso y entré en panico al verte sonreír.

— Basta, Chanyoung..

El aludido soltó una risa al verle cubrirse el rostro con las manos. Lo rojo de sus orejas delatando su vergüenza.

— Me preguntaba como acercarme a ese chico tan lindo, de sonrisa tímida y cabello oscuro. — apartó sus manos y besó castamente sus labios. — Me gustaste mucho. Todavía me gustas, y me seguirás gustando, sin importar como te veas bebé.

Wonbin hizo un puchero y se abrazó al cuello del menor antes de besarlo. A falta de palabras, mejor le expresaba todo lo que sentía de esa manera.

Para Anton, no había ser más hermoso sobre la tierra que Park Wonbin.

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