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Desde que abrió los ojos, supo que no iba a ser un buen día. Le costó mucho dormir la noche anterior, Anton incluso se despertó y se ofreció a hacerle un té para ayudarle a relajarse y que pudiera dormir aunque sea un poco, pero no dio resultado.

Su cabeza estaba a punto de reventar y eso que apenas eran las nueve de la mañana. Hoy tenían práctica y estaba haciendo un sobre esfuerzo por no equivocarse y de no enredar sus pies para no irse de bruses al suelo.

Se dedicaba solo a observar sus expresiones en el espejo, evitando cruzar miradas con cualquiera, más que todo con Anton. Podía sentir el peso de sus ojos caramelo sobre su persona, preocupado. Lo sabe, pero honestamente no estaba de ánimos para lidiar con el torbellino de preguntas y reprimendas que le daría el menor. Más temprano en el dormitorio, le imploró quedarse a descansar ya que su condición no era la mejor.

Pero estamos hablando de Park Wonbin, el ser más terco sobre la faz de la tierra.

Con un besito y una sonrisa logró convencerlo a medias de que se encontraba bien y de maravilla.

Mentira.

Justo ahora siente un dolor punzante en su cabeza, y la sangre zumbando escandalosamente en sus oídos. Se estaba excediendo, pero ya era muy tarde para retroceder y hacer algo al respecto. Todo empezó a moverse en cámara lenta y su vista se nubló.

Alcanzó a escuchar que alguien gritó su nombre antes de que todo se pusiera oscuro.

Un espantoso pitido en sus oídos lo fue despertando, soltando un quejido a la par que trataba de abrir los ojos.

- Honey... ¿Do you hear me?

Logró escuchar un poco de la suave y preocupada voz de Chanyoung. Enfocó su mirada lo más que pudo, llevando una mano a su cabeza debido al dolor.

- Uhg... ¿Que me pasó?

Escuchó un par de murmullos a su alrededor, luego sintió que lo alzaban y no dudó en aferrarse del cuello de su novio al saber que era quien lo tenía en brazos.

Soltó un nuevo quejido cuando las luces cegadoras del pasillo le dieron en el rostro, ocultándose en el pecho de Anton.

- ¿A d-donde me llevas, Chanyoung?

- Al hospital, ya le avisaré a mánager-nim.

- No, Anton.. - chilló quedito, removiéndose en los brazos del más alto.- No quiero, estoy bien..

- Hyung. Basta, te desmayaste frente a mi. ¿A eso llamas estar bien? - Wonbin mordió su labio inferior con pesar al escuchar la voz preocupada de Anton volverse firme.

Probó con insistir un poco más, se niega a ir a un hospital. Lo odia.

- Por favor, vámonos a casa. Chanyoung, no quiero ir. - imploró. - Solo me excedí, nada más necesito descansar, vamos a casa por favor, si?

Anton se detuvo un segundo y soltó un suspiro. Sus miradas encontrándose, la del más alto demostrando preocupación.

- Baby, the hit you took was a little hard. ¿No es más seguro ir a que te vea un doctor?

Hizo una especie de puchero ante la pregunta. Pueda que el menor tenga razón, pero, prefiere saltarse un día de entrenamiento para ser cuidado por su novio y descansar con él, que ir a un hospital, gracias.

- No quiero que exageren lo que me pasa y me terminen mandando a un descanso indefinido, Chanyoungie. - dijo en voz baja, frotando su mejilla en el hombro de Anton. - Sólo estoy agotado mental y físicamente, me basta y me sobra con que me cuides tu el día de hoy, por favor? Si?

Lee rodo los ojos y sonrió.

- Éste y todos los días hasta que así tu lo quieras, honey. - el mayor no pudo evitar sonrojarse y darle una sonrisa tímida. - Okay, then ... Are we going to home, sweetie?

Wonbin asintió, feliz y sonriente. Pudo haberle pedido a Anton que lo bajara, ya que no se sentía tan mareado y podía caminar solo... Pero, a quien engaña? Ama ser cargado por Anton.

- ¿Me vas a cuidar, Chanyoungie?

- Yes, honey.

- Uuh. - ríe. Como niño pequeño al que le conceden hacer una travesura. - ¿Vas a hacerme comida deliciosa también? ¿Verdad que si?

El turno para reír en esta ocasión, fuera para Anton. Quien rodo los ojos, dejando en el suelo a su lindo hyung, sin dejar de sostenerlo de la cintura, para poder abrir la puerta del auto una vez llegaron al estacionamiento.

- Obviamente, bebé. Haría hasta tus postres favoritos si me lo pides.

Ayudó a el peli negro a subirse a la camioneta y le abrochó el cinturón de seguridad. Dándole indicaciones al chofer de que irían a los dormitorios antes de también subirse y sentarse junto a él, acariciando su mejilla.

- Chanyoungie.. - dijo al cabo de unos minutos, después que salieran del estacionamiento de la empresa.

- ¿Yes, darling?

- También verás Lovely runner conmigo, ¿verdad? - preguntó con voz tintada de fingida inocencia y batiendo sus largas pestañas.

Anton soltó una pequeña carcajada, negando suavemente con la cabeza.. Este novio suyo...

- Honey, eso es abuso de poder.



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♡ 𝕆𝕟𝕖 𝕂𝕚𝕤𝕤 ♡ 𝕎𝕠𝕟𝕥𝕠𝕟 ~ 𝔸𝕟𝕨𝕠𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora